Hay una razón por la cual los cocodrilos no podrían aguantar una vida en aguas profundas. Este estudio nos la revela.
El miedo a las profundidades marinas tiene mucho sentido, no solo porque ahí viven criaturas extrañas para nuestros referentes, sino porque también es un mundo prácticamente desconocido del cual la imaginación nos hace pensar que podemos esperar cualquier cosa. Sin embargo, entre todo lo que puedes hallar allá abajo los cocodrilos no están en la lista, ni en la de otros cuerpos de agua. Y sí, aquí te contamos por qué.
Antes de ir a los descubrimientos sobre esta línea es importante mencionar que los cocodrilos tienen por antepasados a los talatosuquios, animales que habitaron la Tierra entre hace 191 y 113 millones de años. A la vez, de esos se desprenden dos subgrupos: los teleosaurios y los metriorrincoideos.
De los mencionados, los primeros son más parecidos a los cocodrilos modernos y los segundos evolucionaron de tal forma que lograron éxito en entornos marinos, aunque tampoco en aguas muy profundas.
Nuevos descubrimientos
Llegando a lo de hoy, nos toca decirte que un equipo internacional de investigación dirigido por paleobiólogos de la Universidad Southampton (Reino Unido) desarrolló un trabajo en el cual analizaron 11 cráneos de talatosucios en comparación con otras seis especies fósiles, así como 14 especies de cocodrilos moderno. La atención se centró en cómo funcionan sus sistemas sinusales.
¿Por qué no hay cocodrilos en aguas profundas?
Tras sus revisiones en escáner, los científicos vieron en las imágenes obtenidas que los talatosuquios desarrollaron senos cerebrales más pequeños a medida que se adentraban en el agua, probablemente para facilitar la flotabilidad y el desplazamiento. No obstante, llegó un punto en que dichos senos se expandieron en lugar de encogerse, lo que después causó un problema en estas especies para ir hacia aguas profundas.
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“A mayores profundidades, el aire dentro de los senos se comprimiría, causando incomodidad, daño o incluso colapso en el hocico debido a su incapacidad para soportar o igualar la creciente presión”, dice, en un comunicado, Mark Young, autor principal del artículo.
De modo que esta fue la ruta evolutiva que tomaron estos animales y por ella estás a salvo, al menos en aguas profundas, de los cocodrilos.
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El artículo científico que reporta los hallazgos de este estudio se publicó en la revista Royal Society Open Science.
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