Antes de que pudiera ser comprado para ser cocinado y devorado, un ejemplar bastante raro de langosta anaranjada fue rescatado de una tienda de comestibles en la ciudad de Durham, Ontario. Este ejemplar de crustáceo llevaba meses viviendo en un depósito sin que nadie se interesara en él.
Lo que llamó la atención del dueño del lugar es que el animal era molestado con frecuencia por otras langostas que vivían con él. Niki Lundquist, esposa del dueño de este depósito, pensó en llevar a la langosta de vuelta al mar, sin embargo era un viaje demasiado largo y costoso.
Decidieron entonces llevar al animal al Acuario Ripley de Toronto, donde el animal podría tener mayores posibilidades de una vida digna. Este lugar es uno de los destinos turísticos más importantes de la ciudad canadiense. En su colección alberga más de 20 mil animales marinos de todo el mundo, tortugas y 450 especies de peces e invertebrados.
«Recientemente rescatamos a Pinchy, una langosta naranja muy rara, de una tienda de comestibles en la que unas personas increíbles nos informaron de que tenían esta criatura de una entre 30 millones», anunció el acuario de manera reciente. «¡Pinchy se está adaptando muy bien a su nuevo hogar y lo está haciendo estupendamente!».
La gran mayoría de langostas tienen caparazones azules oscuros o verdes con el objetivo de esconderse de sus depredadores en los mares. La pieza hallada es, sin embargo, de cubierta anaranjada, lo cual es debido a ciertas mutaciones genéticas. Mismo caso es el de otras langostas de caparazones blancos o translúcidos, las llamadas langostas «fantasma» o «de algodón de azúcar».
Las langostas son invertebrados marinos. Como ocurre con muchos invertebrados que carecen de una «columna vertebral», las langostas poseen un exoesqueleto duro que proporciona estructura a sus cuerpos y los protege de amenazas.
Habitan sobre todo en el fondo de los océanos en grietas y cuevas donde llevan una vida tranquila.
Estudios sobre langostas salvajes muestran que dentro de su dieta prefieren las presas vivas como peces, moluscos, gusanos y crustáceos (aunque también tienen la reputación de ser carroñeras). Se han dado casos de langostas que se alimentan de otras, en especial cuando están en cautiverio, aunque este comportamiento no se ha observado en la naturaleza.
Son especialmente criaturas longevas: se han descubierto especies vivas que sobrepasan los cien años. En casos muy raros llegan a tener tamaños sobresalientes. La langosta estadounidense más grande que la historia ha registrado fue capturada en Nueva Escocia en 1977. Pesaba 44 libras y seis onzas y medía tres pies y seis pulgadas de largo.
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