Entre los mamíferos marinos, parece ser que las madres orcas son las más maternales: cuidan de sus hijos incluso hasta cuando son adultos.
Hay pocas madres tan consentidoras como las orcas, revela un estudio publicado recientemente en Current Biology. Así como permiten que las abuelas de la manada le muestren a las crías cómo cazar, ellas mismas se encargan de encabezar las jornadas de cacería incluso cuando sus hijos alcanzan la edad adulta.
Incluso si este comportamiento impide que las hembras tengan nuevas oportunidades para encontrar pareja, las madres orcas priorizan el bienestar de sus crías macho. De acuerdo con los investigadores, esta relación de cariño entre madres e hijos puede rayar en la toxicidad. Esto es lo que sabemos.
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Las orcas son mamíferos marinos muy maternales
Las orcas macho que alcanzan la adultez no son independientes. Por el contrario, siguen viviendo con sus madres durante muchos años más, aunque son perfectamente capaces de cazar por su cuenta y fundar sus propias familias. Aún así, prefieren que sus mamás les traigan la cena, como si fueran bebés todavía.
Las madres orcas permiten y consienten estos comportamientos, incluso en su propio detrimento reproductivo. Aunque las orcas son capaces de gestar una vez al año, con intervalos de dos años de lactancia, prefieren atender a sus hijos machos incluso cuando alcanzan la madurez.
Este comportamiento se observó en 73 ejemplares residentes, que habitan en las costas de Washington y la Columbia Británica. Los investigadores del Centro para la Investigación de Ballenas en Harbor en Estados Unidos han monitoreado esta población durante décadas, y coinciden en que tienen un «sistema social extraño», según lo describen en un comunicado.
En este arreglo social, explica a Live Science Michael Weiss, director de investigación del Centro de Whale Research, «tanto los hijos como las hijas permanecen dentro del grupo de su madre durante toda su vida en esta población de orcas«. Sin embargo, los machos guardan una relación todavía más fuerte con sus madres, que los siguen cuidando por décadas.
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¿Y qué pasa con las hijas?
Algunos medios han divulgado este caso como que las madres orcas ‘abandonan’ a sus hijas por atender a los machos. Sin embargo, no es el caso: las abuelas se encargan de sus nietas, que alcanzan la madurez sexual entre los 8 y los 10 años. Así, ellas mismas pueden fundar sus propias familias, sin la necesidad de que sus progenitoras cacen por ellas.
De cualquier manera, como apunta Weiss, las orcas son animales gregarios, que viven en familia hasta edades muy avanzadas. Por lo cual, pensar en que la especie abandona a sus hembras raya en lo tendencioso: si acaso, parece que estos supredepredadores de los océanos polares se encargan de formar chicas funcionales e independientes, que encabezarán a sus propias familias desde edades tempranas.
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