En 72 horas, más de 216 lobos grises fueron cazados en Wisconsin en una temporada polémica, después de que Trump les quitara la protección como especie en peligro de extinción.
Wisconsin es un estado que típicamente se nieva. El bosque del norte permite la proliferación de especies resistentes a las bajas temperaturas, donde la nieve forma parte del ciclo natural de su ecosistema. Tal es el caso del lobo gris: un animal gregario que se caracteriza por deambular su territorio como un depredador eficaz.
Después de que estuvo a punto de desaparecer en la década de los 60, la Ley de Especies en Peligro de Extinción protegió a esta especie partir de 1978, permitiendo el inicio de una lenta recuperación de su población.
Sin embargo, uno de los últimos golpes a la vida salvaje de la administración Trump fue retirar esta protección a los lobos grises en octubre de 2020, terminando con la legislación federal que desde 2014, prohibía la caza de este animal.
Una concesión cuestionable
Una vez que la situación legal resultó favorable para los cazadores, el Estado de Wisconsin anunció el inicio de la primera temporada de caza de lobo gris desde 2014. El organismo estimó que existían más de mil 100 lobos en el territorio, lo que sería suficiente para garantizar su conservación. Los cazadores deportivos no se fijaron demasiado en sus números, y excedieron muy pronto el límite permitido de ejemplares asesinados.
Los cazadores aficionados y profesionales aseguraron que sus prácticas eran seguras para la especie, ya que «la alta población de lobos, más del triple del objetivo de gestión, es una clara señal de recuperación», según la cobertura de Popular Science. Por otra parte, no existen requisitos para la caza por parte de pobladores nativos, que realizan este tipo prácticas siguiendo sus tradiciones.
A pesar de que ellos sí tienen permiso de cazar lobos con fines rituales, los nativos expresaron su desdén hacia los cazadores deportivos. Según ellos, es «especialmente derrochadora e irrespetuosa«, aseguró la Comisión de Vida Silvestre y Pesca de los Grandes Lagos en un comunicado al Wisconsin State Journal.
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Una temporada «cruel e injustificable»
Los funcionarios tribales se han mostrado particularmente consternados por la desaparición del lobo gris a raíz de la caza deportiva. La tierra y las especies con las que conviven cumplen una función fundamental en el equilibrio del ecosistema, que empata con sus concepciones cosmogónicas tradicionales. Sin embargo, la decisión terminó en la corte con un juez que falló a favor de la caza.
En menos de 72 horas del inicio de la temporada de caza, más de 27 mil personas solicitaron licencias para cazar a los lobos grises. Este exceso de permisos causó revuelo entre los activistas por los derechos de los animales, que calificaron el veredicto como «cruel e injustificable«.
Finalmente, el Departamento de Recursos Naturales de Winconsin anunció el cierre de la temporada de caza de forma prematura, cuando se dio a conocer que en sólo tres días, más de 216 lobos fueron cazados en el estado, un número que supera el límite de 119 animales fijado por las autoridades.
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