Las orcas en la Península de Valdés han desarrollado una técnica de caza única en el mundo, que asombra tanto por su precisión como por su astucia.
Con un cerebro que pesa casi cuatro kilogramos, estos delfines gigantes han perfeccionado una estrategia para capturar lobos marinos directamente en la playa, en lo que parece un refugio seguro para estas presas. Este método, es un espectáculo natural en el que se combinan la inteligencia, la destreza y la adaptabilidad de esta especie.
En Punta Norte, el hogar de las orcas está situado en el extremo noreste de la Península de Valdés. Aquí, las playas de arena y guijarros flanqueadas por acantilados de hasta 110 metros de altura y son el escenario perfecto donde estos depredadores pueden poner en práctica su técnica de encallamiento intencional, mediante la cual se acercan a la orilla para capturar el botín.
Te sugerimos: Por qué las orcas están usando salmones muertos como sombrero
Preparando el ataque
Para sorprender a sus presas, las orcas nadan de lado, manteniendo la aleta dorsal por debajo de la línea del agua y orientando sus ojos hacia la playa. Este movimiento disimula su llegada y les permite visualizar mejor a los cachorros de lobos marinos en el agua sin ser detectadas.
Su habilidad para cazar se ve potenciada por una combinación única de ecolocalización, escucha pasiva y visión. Gracias a estas capacidades, las orcas puedendetectar y rastrear a sus presas y, además, crear una imagen mental detallada de ellas a partir de los sonidos que emiten.
Al patrullar, es común ver a las orcas balanceando la cabeza de un lado a otro. Este movimiento puede tener varias funciones: barrer el área con sonidos, captar los clics de ecolocalización que rebotan de vuelta o explorar visualmente el entorno. En muchos casos, estas acciones pueden ocurrir simultáneamente, maximizando su capacidad para cazar de manera eficiente.
La precisión del ataque; una maniobra impecable
Cuando llega el momento del ataque, la orca dirige su mirada e impulsa su cuerpo hacia la playa con potentes movimientos de cola para aproximarse a las crías de lobos marinos. Esta maniobra es compleja, ya que las presas suelen moverse entre la espuma y el caos de las olas. Además, las orcas deben evitar abrir la boca hasta el último momento para no tragar una torrente de agua de mar.
Si la orca no calcula bien el movimiento de abrir la boca, la cría puede rebotar contra su hocico y caer de vuelta a la playa a salvo. En otros casos, puede lograr solo agarrar una aleta, y la cría intentará escapar. Este movimiento, combinado con el balanceo de la cabeza de la orca al salir de la playa, puede generar una acción violenta, similar a una hélice de avión girando.
Sin embargo, si todo sale bien, la orca capturará al cachorro con sus largos dientes en forma de púas, sujetándolo firmemente desde la mitad del cuerpo.
Podría interesarte: ¿Por qué las orcas siguen atacando barcos en el mar?
Una lección para las jóvenes orcas: entrenamiento en comunidad
Una vez que la orca ha capturado a su presa, debe regresar al agua, lo cual logra mediante un movimiento alterno de sus aletas pectorales, una acción sinuosa o de «gusano» con el vientre y agitación con la cola.
Con el cachorro marino en el hocico, la orca lo lleva a aguas más profundas y lo libera. Normalmente, éste es llevado al grupo de orcas que lo espera, donde puede ser fácilmente herido. Esta actividad, que implica perseguir, atrapar y liberar a la cría es grupal y la mayoría de las orcas participan en ella. Aunque tiene un componente de “juego algo cruel”, el objetivo principal es que las orcas más jóvenes adquieran experiencia en la persecución, captura y manejo de presas.
El periodo de juego y entrenamiento con el cachorro puede variar. A veces es breve, durando solo unos minutos, pero en otras ocasiones puede prolongarse hasta aproximadamente una hora. Esta actividad puede terminar con el consumo de la presa o simplemente con su liberación directamente en la playa.
Orcas: la máquina perfecta de caza en Península Valdés
Las orcas, con su capacidad de adaptación y habilidad de aprendizaje, no sólo son depredadoras perfectas en el océano, sino también guardianas esenciales del equilibrio ecológico. Más que «ballenas asesinas», son seres cuyo comportamiento revela la complejidad de los ecosistemas marinos y la importancia de cada especie en mantener la armonía de los océanos.
Este texto fue escrito por Gerardo del Villar, fotógrafo y documentalista de grandes depredadores.
Sigue leyendo:
Descubren el origen del extraño sonido de la Fosa de las Marianas, el lugar más profundo del océano
Científicos desentrañan lo que hay en las profundidades del mar en Chile
Panchito Cortés, el elefante marino que viaja desde la Patagonia hasta las playas de México