El lobo mexicano fue víctima de una campaña de exterminio que casi acaba con su especie. Hoy, diversos esfuerzos se suman para restablecerla
El lobo mexicano es la subespecie, de este animal, más pequeña de Norteamérica. Para los antiguos pobladores del actual territorio de México, dicho mamífero era conocido como “Cuetlachtli”, lo que en náhuatl significa “ser animalesco que ataca”.
De acuerdo con el Instituto de Ecología (INECOL), para los antepasados de los mexicanos este lobo era un símbolo de guerra, y, por lo mismo, se le asociaba con Huitzilopochtli, la deidad mexica del sol. Además, representaba a los “caballeros pardos” de esta civilización, al tiempo que se le reconocía como un animal de la realeza y el poder.
Con el tiempo, el lobo mexicano tuvo que enfrentar una nueva relación con el ser humano, una mucho más difícil de sobrellevar. Debido a que este animal representó un obstáculo para el desarrollo de la ganadería, medidas de exterminio fueron tomadas durante la primera mitad del siglo XX. Actualmente, se busca restablecer a esta especie en su hábitat, a pesar de las dificultades que supone dicha tarea. Esto es lo que sabemos sobre el lobo mexicano.
Lobo mexicano: guerrero de ayer y hoy
El nombre científico, del lobo mexicano, es Canis lupus baileyi. Éste es un mamífero carnívoro que, según la base de datos Naturalista, tiene un tamaño similar al de un pastor alemán. Su complexión es esbelta y fuerte. Como otros lobos, cuenta con cola larga y orejas grandes. El peso promedio es de 33 kilogramos, en los machos, y de 27, en las hembras.
Antiguamente, la distribución del lobo mexicano abarcaba diversos territorios de Norteamérica. En Estados Unidos, este animal se encontraba en Nuevo México, Arizona y Texas. En México, era posible hallarlo en Chihuahua, Coahuila, Sonora, Aguascalientes, Jalisco, San Luis Potosí, Guanajuato, Oaxaca, Nuevo León, Durango y Zacatecas.
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Como se puede deducir, por los espacios mencionados, el lobo mexicano es más dado a los ambientes húmedos y templados. Por eso, sus principales hábitats han sido bosques y pastizales. Es debido mencionar, también, que esta especie es muy adaptable a diversos climas, por eso mismo, se ha distribuido, de igual manera, en los desiertos del norte de México y sur de Estados Unidos.
Los hábitos del lobo mexicano son principalmente nocturnos, aunque también tiene actividad durante el día. Se caracteriza por moverse en manadas de 5 a 8 miembros. Estos grupos generalmente son familia, y entre ellos se facilitan la caza. Adicionalmente, cabe remarcar que estos animales, al estar unidos, cuidan también su gasto energético.
El principal momento en el que caza el lobo mexicano es a lo largo de la noche. Las preseas de este depredador suelen ser antílopes, liebres, venados, roedores y borregos.
Hacia el final del invierno, las manadas se separan en parejas para empezar el apareamiento, el cual ocurre una vez al año. La gestación, como menciona Naturalista, dura de 60 a 63 días. Una hembra puede dar a luz de 35 a 42 lobeznos a lo largo de su vida reproductiva.
Hacia la recuperación de la especie
La reducción del hábitat y el número cada vez menor de presas hicieron que el lobo mexicano comenzará a alimentarse del ganado. En respuesta a ello, una campaña de erradicación dio inicio en Estados Unidos y México, a mediados del siglo XX. Lo anterior causó casi la extinción de la especie. En vista del crítico daño biológico, ambas naciones colaboraron, a partir de los años 70, para recuperar al lobo mexicano.
A pesar de los esfuerzos, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señala que en 1987 el lobo mexicano se declaró extinto de la vida silvestre. Los pocos ejemplares con vida estaban en cautiverio.
Los científicos estadounidenses y mexicanos continúan trabajando para mantener el linaje de la especie en cautiverio, y luego en la vida silvestre. Los esfuerzos han dado resultados. Desde el año 2011 se han estado liberado parejas o grupos familiares en Chihuahua. Para 2021, la UNAM estimaba que debían haber alrededor de 35 individuos en el país fuera del cautiverio.
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La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), mediante el Programa de recuperación en México, está actuando de diversas maneras para rescatar al lobo mexicano. Sus acciones, principalmente, van encaminadas a la educación ambiental y el manejo y restauración del hábitat. Aparte, existe un interés por compensar a los ganaderos, y con ello evitar que estos actúen en contra de las diversas iniciativas.
Como suele suceder en estos casos, la cuestión del respeto a la especie no es lo único que motiva el interés por restablecer al lobo mexicano. Se pretende también recuperar a este animal debido a que ayuda a generar un equilibrio en los ecosistemas donde vive. Sin su presencia, ciertas poblaciones pueden aumentar y otras reducir. De ahí la importancia de conservar al lobo mexicano.
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