Así como los humanos, los delfines poseen un clítoris cuya única función es la de proveer placer sexual.
Junto con los humanos, los delfines son una de las pocas especies animales que tienen sexo por placer, una actividad clave en sus complejas estructuras sociales y prioritaria para sus lazos sociales. Y aunque es bien sabido por los biólogos que estos mamíferos marinos poseen clítoris, una nueva investigación publicada en Current Biology revela detalles inéditos de su conformación y parecido con el clítoris humano.
Al analizar once individuos de delfín nariz de botella que murieron por causas naturales, el equipo descubrió debajo del prepucio del clítoris un tejido eréctil cercano a la entrada de la vagina, que de la misma forma que en la anatomía humana, posee un sinfín de terminaciones nerviosas cuyo fin es generar placer.
“Dado que la pelvis de los delfines es tan diferente a la de los humanos, fue sorprendente ver cuán similares eran las formas”, explica Patricia Brennan, autora principal del estudio y profesora de ciencias biológicas en el Mount Holyoke College en Massachusetts. “Además, el tamaño de los nervios en el cuerpo del clítoris fue muy sorprendente. Algunos tenían más de medio milímetro de diámetro”.
El equipo descubrió que el tejido eréctil que forma al clítoris de los delfines cambia conforme aumenta su edad, una señal de que al alcanzar la madurez sexual este órgano adquiere un rol funcional. Además, el clítoris de los delfines posee nervios grandes y terminaciones nerviosas justo debajo de una capa muy delgada de la piel, similares a los tejidos que se encuentran en la punta del pene y el clítoris humano, regiones relacionadas con la respuesta sexual que provee placer.
Te puede interesar: ¿Cómo duermen los delfines?
Ignorado históricamente por la ciencia, el clítoris humano y su función no fueron estudiados formalmente hasta la década de los 90. Durante décadas, su origen y función anatómica alimentaron una controversia evolutiva: a diferencia del orgasmo masculino, el femenino no parece ser necesario para la ovulación (y por lo tanto, para la reproducción).
Sin embargo, es probable que los ancestros más remotos de los delfines y otros mamíferos llevaran a cabo un fenómeno conocido como ovulación inducida, donde el estímulo del clítoris jugó un papel esencial para inducir el desprendimiento ovular durante el sexo y por lo tanto, aumentando las posibilidades de una fecundación exitosa.
“Este descuido en el estudio de la sexualidad femenina nos ha dejado un panorama incompleto de la verdadera naturaleza de los comportamientos sexuales. Estudiarlos y comprenderlos es una parte fundamental para comprender la experiencia animal e incluso puede tener importantes aplicaciones médicas en el futuro”, explica Patricia Brennan.
Ahora lee:
El delfín rosado del Amazonas se extinguirá en menos de 50 años, revela un estudio