Los erizos marinos son una prueba contundente de la supervivencia y adaptación de algunos animales a los turbulentos cambios de la Tierra.
Una nueva investigación, realizada por científicos de la Universidad de Gotinga, ha subrayado el hecho de que los erizos de mar son habitantes bastante antiguos de la Tierra. Pero lo más interesante es que a los equinoideos les corresponde una de las colonizaciones más viejas de la historia de los océanos.
Lo anterior ha sido el resultado de hallar evidencia fósil de una colonización estable del fondo marino. En este caso, fueron espinas de equinoideos (erizos de mar) las que llevaron a los investigadores a determinar que estos seres llevan viviendo en la Tierra desde el periodo Cretácico. Los resultados han sido publicados en la revista PLOS ONE.
Los responsables de este trabajo examinaron más de mil 400 muestras de sedimentos del Atlántico, el Pacífico y el Océano Austral. En esas labores encontraron algo superior a 40 mil fragmentos de espinas que, por su forma y estructura, corresponden al grupo de los equinoideos irregulares.
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Una vez que recolectaron los fósiles, los investigadores dieron inicio a un análisis, en el cual se registraron todas las características morfológicas de las espinas. Gracias a ese trabajo, lograron descubrir que, desde inicios de Cretácico, los equinoideos irregulares han poblado las profundidades de los océanos.
Adaptación al cambio
Otro detalle que salió a la luz, por el mismo análisis de espinas, está relacionado con cómo afectaron los meteoritos que provocaron la extinción masiva de los dinosaurios. La evidencia se basa en los cambios morfológicos de estas estructuras. En cierta forma, la diversidad de ellas también se vio afectada por el impacto, pues las perturbaciones del fondo marino se sumaron al cataclismo.
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El fenómeno que se ve reflejado en los cambios morfológicos de las espinas se conoce como Efecto Liliput. Básicamente este sugiere que la tendencia a achicar piezas es una ventaja para la supervivencia de la especie.
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