Los osos polares adquirieron una estrategia evolutiva casi infalible para llevar una cena abundante y rica en grasa para sus familias.
Mirar a un ejemplar adulto de oso polar levantarse en dos patas es en sí mismo un espectáculo impactante. Hacerlo con un bloque de hielo entre las garras mientras se acerca a una morsa, aún más. Con pasos pesados, los osos se alzan sobre la nieve en el Ártico con una única intención: dar un golpe mortal a su presa, después de largos días de hambre aguda. La estrategia ha mostrado ser infalible a lo largo de los siglos.
Estrategia de cacería en el Ártico
Los relatos sobre osos polares matando a morsas y focas con bloques de hielo no son nuevos. Por el contrario, se tiene registro de que las tribus originaras de Groenlandia y el Ártico canadiense incluyen estas escenas en su tradición oral desde hace, al menos, 200 años. Así como los Inuit, naturalistas y exploradores de todo el mundo narran los mismos episodios de cacería natural.
En promedio, un oso polar adulto pesa 450 kilos. En contraste, una de sus presas alcanza los mil 300. El peso no es el único obstáculo al que estos animales se enfrentan. Equipadas con colmillos poderosos y cráneos excepcionalmente resistentes, las morsas son animales prácticamente imposibles de matar.
A fuerza de adaptación evolutiva, los osos polares tuvieron que ingeniar una estrategia que combinara la fuerza bruta con los elementos disponibles en el entorno. Los biólogos que observaron este comportamiento se sorprendieron de lo efectivo que les ha resultado en tiempos de hambre. Se tiene registro, además, de que no sólo usan bloques de hielo pesados, sino que también se valen de piedras para lograr su objetivo.
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Conocimiento compartido
De acuerdo con investigadores de la Universidad de Alberta, las morsas no son las únicas víctimas de los osos polares. Las focas también tienen que librar batallas contra esta táctica de cacería, en las que difícilmente resultan victoriosas. Según el estudio que condujeron, todo tiene que ver con el tamaño de la presa que estos depredadores elijan.
Si bien es cierto que los osos polares no son los únicos animales que hacen herramientas, sí forman parte de un grupo de especies que enseñan a su descendencia técnicas de caza. Así como las orcas abuelas enseñan a sus nietas a cazar, las crías de oso polar aprenden de sus madres a cómo cortar el hielo para conseguir la cena.
Ian Stirling, biólogo emérito de Environment and Climate Change Canada, asegura que la investigación abrió un nuevo panorama con respecto a la comprensión que se tiene de los osos polares:
«No sabemos nada experimental u objetivo en absoluto», dice Stirling. «Sin embargo, tenemos una gran cantidad de información de observación que tiende a sugerir que los osos polares son realmente inteligentes».
Aunque aún no se tienen estudios cognitivos específicos sobre la especie, sus habilidades como cazadores demuestran habilidades más sofisticadas que las de otros animales con los que comparten ecosistema. La estrategia de los bloques de hielo, por tanto, es un ejemplo más de qué tan creativos son al enfrentarse al hambre.
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