Los océanos y sus misterios han seducido a nuestra especie desde hace años. La intervención humana con estas zonas de la Tierra ha ido en aumento, haciendo que diferentes actividades, tanto económicas como recreativas, se dirijan a ese reino azul. Tal circunstancia hace que los riesgos derivados de la flora y fauna de los ecosistemas marinos sean algo que deba ser documentado, con el fin de llevar un registro oficial capaz de concluir cuán peligroso puede ser internarse a ese mundo. En dicho sentido, los ataques de tiburones figuran como uno de los factores que más intrigan a turistas, científicos, y más hombres y mujeres con algún tipo cercanía al mar.
Es cierto que los tiburones no gozan de la mejor reputación entre los seres humanos. Todo parece indicar que nuestra especie teme, más de lo que admira, a estos animales. A esto hay que sumar que la cultura popular ha hecho lo suyo al momento de amedrentar, aún más, a las personas.
No se puede negar que estos organismos marinos representan a uno de los grandes grupos de depredadores de nuestro tiempo. Sin embargo, contrario a lo que podríamos imaginar, como producto del miedo inducido a ellos, los ataques de tiburones son poco frecuentes. De acuerdo con el Museo de Historia Natural de Florida, de 2012 a 2021, se registraron 60 muertes generadas por una eventualidad de esta naturaleza.
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La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) señala, también, que los tiburones no son peligrosos para los humanos, básicamente porque no forman parte de su dieta, como sí lo hacen los peces y mamíferos marinos.
“Son etiquetados como peligrosos e indiscriminados asesinos capaces de comerse cualquier cosa que vean. De hecho, los tiburones son con mayor frecuencia las víctimas. Cada año, se matan millones de tiburones para satisfacer la demanda de sus aletas, las cuales terminan en un plato de sopa y se comen como un símbolo de estatus”, apunta el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés).
A pesar de lo expuesto, los ataques de tiburones pueden ocurrir, aunque son poco probables. El Museo de Historia Natural de Florida lleva su registro sobre el tema, posicionando a Estados Unidos como el país con mayor número de estos sucesos, ya que acumula 1,604 desde que la estadística comenzó. De modo que más de la mitad de los ataques ocurren en esa nación. Florida es el estado más afectado.
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Un segundo lugar, un tanto alejado al primero, le corresponde a Australia, con 691 ataques. Sudáfrica está en tercero, contando 260. Los primeros cinco lugares se cierran con Brasil y Nueva Zelanda, con 111 y 57 respectivamente.
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