La relación alimenticia que tenemos con los pollos de corral es mucho más reciente que la agricultura y la domesticación de otros animales.
Los pollos de corral son el ave doméstica más numerosa y extendida del mundo. Desde hace décadas, se asumía que domesticación era una de las más antiguas. Sin embargo, un estudio publicado en las revistas Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) y Antiquity revela que el lazo no siempre fue para el consumo alimenticio. Y lo que es más: que la relación que tienen con nuestra especie es más reciente de lo que se pensaba.
Este nuevo estudio revela que el vínculo entre nuestra especie y las aves de corral se produjo hace 3,500 años. De acuerdo con los autores de Cambridge, fue ampliamente influenciada por el cultivo de arroz y el mijo, pues dichas semillas motivaron al gallo salvaje (Gallus gallus) a bajar de los árboles para alimentarse en los graneros. Esto facilitó su posterior domesticación, la integración de estas aves a las comunidades humanas y su dispersión a lo largo del planeta.
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Rituales funerarios complejos
«Comer pollo es tan común que la gente piensa que siempre lo hemos comido. Pero este trabajo muestra que nuestra relación pasada fue mucho más compleja, y que durante siglos los pollos fueron celebrados y venerados» dice Naomi Sykes, una de las autoras.
La investigación sugiere que las aves en cuestión fueron domesticadas alrededor del 1,500 a.C. en el sureste de Asia. Sin embargo, los hallazgos arqueológicos e iconográficos arrojaron un dato que contrasta radicalmente con el papel de los pollos en la actualidad: eran enterrados de la misma forma que los seres humanos.
Sin ningún indicio de ser sacrificados o usados para algún fin, sus esqueletos aparecen completos en contextos arqueológicos.
El estudio señala que “Las marcas de cortes en huesos de pollos encontrados como residuos no aparecen sino hasta siglos después, lo que sugiere que inicialmente eran venerados, no consumidos.”
Fue cientos de años después de su llegada a Europa que estos animales se empezaron a criar para la alimentación humana. Los registros más antiguos de este continente fueron encontrados en Bulgaria, Grecia y Francia y datan del año 137 al año 327 d.C.
Las aves fueron introducidas al mercado europeo a través del mar Mediterráneo, su dieta sencilla y adaptable las volvió ideales para ser transportadas en el futuro proceso de colonización del continente americano, expandiendo así su presencia en todo el mundo.
Este artículo es de la autoría de Lydia Leija, lingüista e investigadora sobre temas culturales y sociales. Actualmente, es documentalista independiente y creadora contenido digital para National Geographic en Español y Muy Interesante México.
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