Para Martin Heidegger, la angustia deviene del reconocimiento del ser humano como un ser-ahí. Es un sentimiento abrumador que se decanta de tener que estar presentes, de existir. El filósofo alemán atribuía esta condición únicamente a los seres humanos, que tienen que cargar con el peso de su existencia. Podría ser que la biología marina esté a punto de abrir el campo hacia otras especies que, como los pulpos, pueden padecer dolores emocionales complejos.
El dolor no se limita a una respuesta orgánica ante lesiones o estímulos dañinos. Por el contrario, en organismos más complejos, implica experiencias de duelo y pérdida que afectan el estado de ánimo de los animales. Este fenómeno ya se había observado en vertebrados —como perros domésticos—, pero recientemente, un estudio reveló que los pulpos también tienen esta capacidad.
A nivel neurológico, los pulpos son los invertebrados más completos de la Tierra. Pocos estudios anteriores se habían enfocado en su capacidad de experimentar dolor, o las diversas capas de trauma que estos animales pueden experimentar. Según Robyn Crook, neurobióloga de la Universidad Estatal de San Francisco, pueden sentir dolores emocionales potentes.
Aunque es complicado identificar sentimientos subjetivos en los animales, el comportamiento de los pulpos sugiere que no sólo sufren a nivel físico:
«Incluso en ausencia de pruebas sobre la conciencia o la sensibilidad en los cefalópodos, queda claro que las respuestas demostradas por los pulpos en este estudio son tan similares a las que expresarían los mamíferos que experimentan dolor, que puede hacer un argumento de precaución razonable de que el estado interno de estas especies dispares probablemente también sea similar «, concluye Crook.
Las investigaciones de Crook demuestran que, además de ser capaces de responder reflexivamente a estímulos nocivos, tienen la capacidad incluso de sentir vergüenza. Ésta es la razón.
Te sugerimos: Descubren que los chimpancés de circo también tienen enfermedades mentales
El método que usó Crook fue sencillo: administró inyecciones a una muestra de pulpos con sustancias diferentes. Después de una sola sesión de entrenamiento, en una caja de tres cámaras, los pulpos que recibieron una inyección de ácido acético en un tentáculo evitaban claramente la lente en la que recibieron ese estímulo dañino.
Por el contrario, los individuos inyectados con solución salina no dañina no mostraron ese comportamiento de evasión. Además, cuando a los pulpos que habían recibido una inyección dolorosa se les administraba un analgésico, tendían a preferir la cámara en la que experimentaban un alivio inmediato del dolor.
Esta preferencia por el lugar, libre de daño, se considera una fuerte evidencia de una experiencia de dolor afectivo en los vertebrados. No habría razón para pensar que en otro tipo de organismos con sistemas neuronales complejos pudiera ser de otra forma.
«Nuestro objetivo con este estudio era trasladar la cuestión del dolor de invertebrados más allá de toda duda razonable«, dijo el laboratorio de Crook en un comunicado, «de modo que los esfuerzos para regular mejor su uso humano puedan continuar con una sólida base probatoria que hasta ahora ha sido carente.»
Sigue leyendo:
Qué significan los 5 gestos más comunes en el lenguaje de los gatos
Estos son los sueños más comunes de tu perro, según la ciencia
La danza del antiguo Egipto se transformó a través de los imperios. Los movimientos solemnes de los rituales dieron paso…
Haciendo varias simulaciones de escenarios posibles, la NASA llegó a la respuesta más firme sobre cómo Marte obtuvo sus lunas.…
Con apoyo de una agencia especializada, te decimos por qué el mar es azul, aun cuando el agua no deja…
Delle, un delfín que vive solo en el Mar Báltico, parece hablar consigo mismo, probablemente para sentirse acompañado. Los delfines…
Aquí va una buena razón para visitar París este diciembre: Notre Dame volverá a abrir sus puertas después de cinco…
La misión Solar Orbiter, dirigida por la ESA, presenta nueva imágenes en alta resolución de lo que ocurre en el…