En lugar de morir o perder sus propiedades vitales, los tardígrados no envejecen al congelarse. Por el contrario, parecen sólo dormirse profundamente.
«Como la Bella Durmiente en un cubo de hielo»: así describió el biólogo alemán, Ralph Schill, a los tardígrados cuando se congelan. De acuerdo con un estudio que condujo para la Universidad de Stuttgart (Alemania), los ‘osos de agua‘ no fallecen al someterse a temperaturas bajo cero. Por el contrario, sólo se ‘apagan’, o caen en un sueño profundo que detiene los rasgos de envejecimiento en su cuerpo.
A diferencia de otras especies, que morirían al congelarse, esta especie microscópica demostró superar los límites de la vida una vez más. Parece ser que, en un entorno controlado de laboratorio, los tardígrados no envejecen al encerrarse en un bloque de hielo. Y lo que es más: según explica Schill en un comunicado, los tardígrados secos «pueden sobrevivir sin daños durante muchos años sin absorber agua«. Ésta es la razón
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La teoría de la ‘Bella Durmiente’: por qué los tardígrados no envejecen al congelarse
«Los tardígrados son excelentes para adaptarse a las duras condiciones ambientales«, explica la Universidad de Stuttgart con respecto al estudio que publicó recientemente. Esta característica ha definido a los osos de agua: animalitos microscópicos extremófilos, que sobreviven a condiciones extremas de vida sin alterar su organismo.
Como son realmente muy pequeños, los tardígrados no se pueden ver a simple vista. Se requiere de equipo especializado para verles. Sin embargo, han sido ampliamente estudiados por su increíble capacidad de sobreponerse a condiciones extremas. Ahora, los investigadores de Stuttgart confirmaron que no sólo logran sobrevivir al congelamiento, sino que los tardígrados no envejecen al entrar en ese estado.
Para demostrarlo, el equipo de Stuttgart tomó una muestra de 500 ejemplares, a los que se sometió a temperaturas de —30ºC. Luego se les reanimó y alimentó de manera regular. La gran mayoría sobrevivieron. Es como si su vida, de pronto, literalmente se congelara:
«Para un organismo celular, la congelación o el secado provocan diferentes tipos de estrés. Pero los tardígrados pueden sobrevivir tanto al calor como al frío igualmente ilesos», explican los investigadores. «Ya no muestran signos evidentes de vida. Y esto plantea la pregunta de qué sucede con el reloj interno de los animales y si envejecen en este estado de reposo».
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Anteriormente, no existía evidencia de que su vida se pusiera en pausa en congelarse. Sin embargo, los científicos de la institución demostraron que el reloj biológico de estos animales se puede detener y reiniciar. Especialmente de aquellos que son ‘secos’: cuando se congelan, entran en un estado de inactividad que puede ‘reactivarse’.
Por ello, los investigadores hicieron un símil con la historia de la Bella Durmiente. Así como la protagonista del relato, los tardígrados pueden recibir un ‘beso’ que los devuelve a la vida, como si nada hubiera pasado. «Entonces, los tardígrados, que generalmente solo viven unos pocos meses sin períodos de descanso, pueden vivir muchos años o incluso décadas,» concluye Schill, quien lideró el estudio.
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