Un estudio confirma una antigua sospecha: los tiburones tienen incluido un «GPS» que les permite ubicarse según el campo magnético terrestre.
Salmones, ballenas, algunos tipos de patos. Cuando se piensa en rutas migratorias notables, generalmente no se piensa en los tiburones. A través de los océanos del mundo, estos animales se trasladan para buscar alimento, mejores condiciones climáticas y espacios más óptimos para reproducirse.
Sin embargo, un nuevo estudio revela que no lo hacen por su cuenta. A diferencia de las aves, que cuentan con un gen migratorio específico que les guía en sus viajes, los tiburones tienen una sensibilidad particular para distinguir el campo magnético terrestre. Sin él, posiblemente no podrían logarlo.
Una sensibilidad especial hacia el campo magnético
Desde Sudáfrica hasta Australia, los tiburones limón encuentran su camino a casa por medio de una estrategia natural poco común en la naturaleza. Aunque anteriormente se pensaba que tenía que ver con su sentido del olfato, el campo magnético de nuestro planeta juega un papel fundamental en su desplazamiento a lo largo del año.
Aunque es una realidad que el olfato innegablemente les ayuda a orientarse, un nuevo estudio revela que es poco probable que sea el único factor determinante para que encuentren su camino. Por el contrario, para navegar distancias largas, los tiburones detectan el campo de la Tierra con órganos sensoriales de carácter electromagnético.
Esto no fue noticia para los científicos involucrados en el estudio. Por el contrario, ya se tenía conocimiento de que estas especies de peces detectan a sus presas con este órgano especial. Por esta razón, es probable que tengan un «mapa magnético» integrado al cerebro, que les indica en dónde se encuentran específicamente.
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Una guía migratoria natural
Bryan Keller se interesó por comprobar esta teoría. Como biólogo de tiburones, trabaja con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, y propuso un proyecto de investigación a la Universidad Estatal de Florida. Para esto, recolectó una muestra de 20 tiburones cabeza de bonnet que regresan año con año a la zona para reproducirse y dar a luz.
El estudio se publicó recientemente en Current Biology, y se centra en la capacidad de esta especie para orientarse a partir del campo magnético del planeta. De acuerdo con Keller, la suya es la primera investigación que comprueba esta hipótesis:
«Ha habido otros artículos que demuestran que los tiburones detectan y responden a campos magnéticos», dice Keller, «pero este es el primer estudio que demuestra que tienen un sentido similar al de un mapa».
De acuerdo con el experto, los resultados del estudio arrojan nueva luz sobre la localización y estado de los ecosistemas de los tiburones en la actualidad. Saber en dónde se encuentran abre un terreno fértil para la conservación, ya que se puede predecir su ubicación y comportamiento a lo largo del año.
Desde la década de los 70, las poblaciones de 18 especies diferentes de tiburones han disminuido en un 70 %. Con un entendimiento más completo sobre cómo opera este sistema de orientación natural, se podrá privilegiar su cuidado, particularmente durante su etapa reproductiva en primavera y verano.
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