La mamba negra (Dendroaspis polylepis) es, debido al nivel de toxicidad de su veneno, una serpiente ubicada entre las más mortales del mundo. Además de esta imponente característica, su longitud es otro rasgo destacado: en promedio, el reptil mide entre 2 y 2.5 metros, aunque los ejemplares más grandes llegan a los 4.3.
Britannica señala que, pese a la manera de llamarla, la serpiente no es negra; la coloración de su cuerpo va del gris al marrón oscuro y la parte inferior es más clara con relación a la superior. No obstante, el interior de su boca es negro, detalle que la distingue de otras mambas.
Los territorios de la mamba negra se extienden a lo largo de 23 países de la África subsahariana. Entre estos se encuentran la República Democrática del Congo, Zambia, Sudáfrica y Angola. De acuerdo South African National Biodiversity Institute (SANBI), el animal en cuestión ha generado controversia respecto a su distribución, pues existen rumores de avistamientos en el occidente de ese continente.
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La entidad recién citada añade que la mamba negra es una serpiente que habita, sobre todo, en sabanas del sur y este de África, bosques abiertos y colinas rocosas. Aunque pasa la mayor parte del tiempo en el suelo, con frecuencia se encuentra en árboles, donde generalmente descansa. La especie disfruta de climas templados y tropicales.
Cuando de comer es la ocasión, la mamba negra lleva una dieta carnívora. Su preferencia está con presas de sangre caliente, sin embargo, también es depredadora de otras serpientes. Principalmente, la alimentación de este reptil se compone de aves, murciélagos y roedores.
Sobre la reproducción, Animalia destaca que las mambas negras, tanto machos como hembras, ejecutan el acto con diversas parejas a lo largo de su vida. La época usual para el apareamiento se da entre los meses de septiembre y febrero. La puesta da de 6 a 17 huevos, normalmente. Cuando las crías son dadas a luz éstas tienen que valerse por sí misma inmediatamente.
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Debido a su poderoso veneno y velocidad, la mamba negra es una serpiente temida en las diferentes regiones donde se le encuentra. A pesar de su reputación, el reptil no es agresivo, es más bien tímido y evita las confrontaciones con otros animales. Desde luego, si se le provoca, adopta una posición de ataque similar a las cobras y, en caso de ser necesario, inyecta repetidamente su veneno al oponente.
En la actualidad ya existe un antídoto para contrarrestar los efectos del veneno de la mamba negra en humanos. Desafortunadamente, éste no ha sido ampliamente distribuido en las zonas rurales de los países africanos donde vive la serpiente. Si no se cuenta con este recurso, la mordedura lleva a la muerte al individuo en un lapso no mayor a 20 minutos.
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