El veneno del monstruo de Gila fue materia prima de mitos ancestrales. Hoy se sabe que esa sustancia puede combatir diferentes enfermedades
El monstruo de Gila es uno de los animales que pueden ser hallados, casi con exclusividad, en México. Es un lagarto venenoso que recibe su nombre gracias al rio Gila. Su aspecto hizo que, desde antaño, los nativos americanos formularan una serie de mitos con respecto a él. Por ejemplo, decían que este ser era capaz de escupir veneno y matar a un humano solo con el poder de su aliento.
Cierto es que este animal es venenoso, sin embargo, el peligro no llega al nivel que antiguamente se creía. El monstruo de Gila es una de las dos únicas especies de saurios con esta característica. Su veneno se encuentra en las glándulas de la mandíbula inferior y pasa a la presa a través de los dientes de doble ranura. Y, pese al dolor ocasionado por la mordedura, la verdad es que esta sustancia pocas veces es letal para el ser humano. Esto es lo que sabemos sobre la especie.
Monstruo de Gila, el lento depredador del desierto
El monstruo de Gila (Heloderma suspectum) pertenece a la familia Helodermatidae, un grupo que solo habita en América. Este lagarto mide entre 26 y 35 centímetros de largo, pero, es posible encontrar algunos que superan los 50 centímetros. Es robusto y tiene escamas, principalmente, de color negro, rosa y naranja. La cola es cilíndrica, y en ella se albergan grandes cantidades de grasa. Ademas, este animal cuenta con garras curvas que le sirven para excavar.
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La especie se distribuye desde el suroeste de Estados Unidos hasta el noroeste de México. Los lugares donde habita el monstruo de Gila son, según Naturalista, áreas con pendientes rocosas en las cuales se puede mimetizar fácilmente. Este animal tiene madrigueras que le sirven de refugio ante la amenaza de los depredadores. Su clima, mayoritariamente, corresponde al desértico.
Los monstruos de Gila son animales de movimientos lentos. La especie se caracteriza por tener un periodo de actividad corto (mayo-octubre). Básicamente, a lo largo de ese tiempo, el lagarto se reproduce y pone huevos. Cuando llega el final de octubre, empieza su periodo de hibernación.
En cuanto a la reproducción, ésta se da entre mayo y junio. La copula puede durar de 30 minutos a una hora, no obstante, el cortejo llega a alcanzar hasta 12 horas. El ritual implica el acercamiento del macho a la hembra, mientras éste comienza a olfatearla y rozarla lentamente con el mentón. La gestación, por otro lado, se lleva dos meses. Una vez que la hembra pone los huevos, estos tardan de 117 a 130 días en abrirse.
Un veneno valioso
Para su periodo de hibernación, el monstruo de Gila requiere, naturalmente, de importantes reservas de grasa que le permitan subsistir durante el tiempo de menor actividad. El lagarto venenoso se alimenta, sobre todo, de roedores pequeños y de huevos de aves y reptiles. Asimismo, éste es presa de búhos, zorros, serpientes de cascabel y coyotes.
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Algunas actividades humanas han hecho que el número de miembros de la especie esté disminuyendo cada vez más. El monstruo de Gila ve cómo se transforma su hábitat, poco a poco, por la constante alteración del ecosistema. A esto hay que sumar el comercio ilegal de este animal. Factores así son los que han llevado a la especie a estar cerca del peligro de extinción, de acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés).
El Instituto de Ecología (INECOL) considera que, además de proteger a la especie por su papel dentro de la naturaleza, hay otro motivo para evitar la extinción del monstruo de Gila. Dicha razón sería el lugar que tiene el veneno de este animal en el desarrollo de tratamientos para distintitas enfermedades, tales como el Alzheimer y la diabetes.
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