Huérfana a los dos meses de nacida, Ndakasi compartió su vida con Andre Bauman, el hombre que estuvo con ella hasta su último aliento.
El 5 de octubre de 2021, el Parque Nacional Virunga ubicado en la República Democrática del Congo, hizo pública la muerte de Ndakasi, la gorila de montaña más famosa del mundo.
“El 26 de septiembre por la noche, después de una larga enfermedad, su estado se deterioró rápidamente y Ndakasi murió en brazos de su guardia y amigo de siempre, Andre Bauma«, explicó el Parque en un comunicado dos semanas después de su muerte.
It is with heartfelt sadness that Virunga announces the death of beloved orphaned mountain gorilla, Ndakasi.
C’est avec une profonde tristese que Virunga annonce le décès du gorille de montagne orpheliné Ndakasi.https://t.co/GdkJbhWESz pic.twitter.com/bsCKdEq8tB
— Virunga NationalPark (@gorillacd) October 5, 2021
Ndakasi nació en abril de 2007 y quedó huérfana a los dos meses. El mismo día que su madre murió a manos de un grupo de milicianos, un grupo de guardabosques del Parque Nacional la encontró a un costado del cadáver.
El equipo decidió llevarla consigo al centro de rescate en Goma (la ciudad más cercana al Parque Nacional Virunga), donde tuvo su primer contacto con Andre Bauma, el hombre que se encargó de cuidarla durante sus 14 años de vida.
“Durante toda la noche, Andre sostuvo al bebé cerca de él, manteniendo su pequeño cuerpo apretado contra su pecho desnudo para darle calor y comodidad. Ella sobrevivió; sin embargo, el trauma de perder a su familia junto con un largo período de rehabilitación hicieron que Ndakasi fuera demasiado vulnerable para regresar a la naturaleza”, relata un comunicado del Parque Nacional.
Dos años después, Ndakasi fue transferida al Centro Senkwekwe, donde tuvo una «vida pacífica en compañía de su cuidador» hasta el pasado 26 de septiembre. La gorila de montaña saltó a la fama en 2019, cuando Bauma compartió una selfie donde aparece él y en segundo plano, Ndasaki con otro gorila del Parque Nacional.
Aunque The New York Times reporta que Andre Bauma no se encontró disponible para ofrecer entrevistas, su cuidador compartió una emotiva carta de despedida:
“Fue un privilegio apoyar y cuidar a una criatura tan amorosa, especialmente sabiendo el trauma que sufrió Ndakasi a una edad muy temprana. Fue su naturaleza dulce e inteligencia lo que me ayudó a comprender la conexión entre los humanos y los grandes simios y por qué deberíamos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para protegerlos.
Estoy orgulloso de haber llamado a Ndakasi mi amiga. La amaba como a una niña y su personalidad alegre me hacía sonreír cada vez que interactuaba con ella. Todos nosotros en Virunga la extrañaremos, pero estaremos eternamente agradecidos por la riqueza que trajo a nuestras vidas durante su tiempo en Senkwekwe”.
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