Revisa tus decoraciones. A pesar de su inmensa popularidad, la figura en tu árbol y tus regalos podría no ser un reno de verdad.
El conejo de Pascua y los gatos negros de Halloween han pasado de ser personajes asociados con cada festividad a convertirse en los principales íconos de estas. Resulta fácil relacionarse con ellos, pues es casi seguro que en algún momento de tu vida hayas interactuado con un ejemplar de estas especies.
Algo distinto ocurre con los renos en Navidad. Su distribución silvestre es muy reducida (a comparación de los otros dos «íconos festivos»). Si crees haber visto a uno —o incluso haberlo comido — te compartimos algunas formas de identificar, con rigor científico, si se trataba de un reno auténtico.
Familias, géneros y especies
Estas son las tres categorías más específicas usadas para describir a una especie. Usándolas, podemos distinguir, con respaldo científico, a los «renos verdaderos» de otras cornamentas comunes.
Al formar parte de la familia Cervidae (pronunciado «cérvide»), los renos y otros ungulados similares son llamados cérvidos. Comparten esta clasificación con alces, venados, pudúes y caribúes, entre otros.
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La diferencia crucial, a nivel taxonómico, es el género y la especie. De hecho, las diferencias genéticas entre cada cérvido son tan grandes que no podrían reproducirse entre sí. Los renos, identificados con el nombre de especie «tarandus» son el único miembro vivo del género Rangifer. Su nombre científico ensambla estos dos componentes: Rangifer tarandus.
Identificación a simple vista
En estado silvestre, hay 3 características que pueden usarse para reconocer a cada cérvido: tamaño, ubicación (también llamada «distribución») y cornamenta. Estas son las 4 especies más comunes y sus descripciones técnicas. Aplícalas a tu avistamiento para saber si en verdad se trataba de un reno.
- Alce (Nombre científico: Alce alce):
- Es el más grande de los cérvidos. En el caso de los machos, la altura de su lomo puede superar los 2 metros con facilidad y suelen pesar más de media tonelada.
- Habita en los bosques boreales del Viejo y el Nuevo Mundo, principalmente en Canadá, Rusia, Escandinavia y los países bálticos.
- Sus astas suelen tener forma palmeada y las sueltan después de temporada de apareamiento. Vuelven a formarse con cada primavera y, mientras crecen, están cubiertas de terciopelo.
- Ciervo canadiense (Nombre científico: Cervus elaphus):
- Es el segundo cérvido más grande, de tamaño similar a un caballo. Los más grandes pueden pesar casi 500 kilos.
- Habita los bosques de Norteamérica y el norte de Asia Oriental, incluyendo Siberia, China y Mongolia.
- Sus astas también crecen con terciopelo, pero no son palmeadas. El patrón es similar al que imaginarías en un «venado tradicional». Durante el invierno, desarrollan una melena para protegerse del frío.
- Ciervo europeo (Nombre científico: Cervus elaphus): También llamado «ciervo rojo». Genética y fisiológicamente, son muy cercanos a los ciervos canadienses, aunque son considerablemente más pequeños, pesando en promedio menos de 250 kilos. Habitan en casi todos los bosques de Europa y el Cáucaso.
- Venado cola blanca (Nombre científico: Odocoileus virginianus): Una especie muy conocida en América, debido a su amplia distribución. No superan los 200 kilogramos y rondan el metro de altura, a nivel del lomo. Su pelaje suele ser bastante corto y pueden hallarse desde Canadá hasta los Andes.
Un reno auténtico
Reno o caribú (Nombre científico: Rangifer tarandus): En un caso notorio de evolución convergente, esta especie presenta varios de los rasgos característicos de las especies anteriores.
- Su tamaño es muy similar al del venado de cola blanca. No son muy grandes, rondando los 100 kilogramos de peso y el metro de altura a nivel del lomo.
- A grandes rasgos, presentan la misma distribución que los alces: bosques boreales de Norteamérica y Eurasia
- Al igual que los ciervos canadienses, han desarrollado una «melena» para protegerse contra el frío
- Hembras y machos las desarrollan astas por igual. Su forma característica es el método más sencillo de reconocerlos, pues no se presenta en ningún otro cérvido: Se extienden un poco hacia adelante, pero de forma prominente hacia atrás, curvándose hacia arriba y alcanzando gran altura.
En resumen, puedes averiguar si tus decoraciones se llevan el sello de «precisión científica» utilizando estos criterios: el tamaño de la figura respecto a Papá Noel, la forma de sus astas y la estructura y color de su pelaje. Además, puedes apoyarte de las imágenes para comparar detalles como estructura facial o proporciones corporales. Con esto, podrás pasar una Navidad libre de «cérvidos impostores».
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