350 mil pencas están amenazadas por el riesgo de invasión de la palomilla del nopal: un insecto nativo de Sudamérica que pudre las plantas desde dentro.
La alerta vino desde la frontera sur: ésta es una de las 20 especies que se monitorean en las aduanas, y es un riesgo para la seguridad fitosanitaria en México. Inmediatamente después de que esta información llegó a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se empezaron a hacer análisis geoespaciales para determinar cuál sería la gravedad de la invasión. La llegada de la palomilla del nopal a territorio nacional podría ser permanente, y no es una buena noticia.
Más de 100 especies de nopales endémicos y cultivados en México están amenazados por este insecto. La palomilla del nopal (Cactoblastis cactorum)es un animal propio de Sudamérica. Sin embargo, podría llegar al país impulsado por las tormentas tropicales desde el Caribe, a través de la frontera sur del país, después de un recorrido largo de migración.
Estas movilizaciones, sin embargo, no son naturales. Por el contrario, el éxodo de su hábitat natural es consecuencia de la actividad humana irresponsable sobre el ecosistema. Según el biólogo Juan Enrique Fornoni Agnelli, investigador del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM, su llegada conlleva un gran peligro para el país:
“Esta palomilla tiene un alto potencial de consumir los nopales mexicanos, tanto los que usamos con fines comerciales como las especies nativas de nopal que tiene México”, afirmó el científico.
El problema radica en que, según dijo Agnelli en un comunicado, estas plagas actúan desde el interior de las plantas. Al instalarse en el nopal, lo pudren desde dentro. De esta manera, pueden terminar con cosechas enteras en cuestión de días. Si las poblaciones no se controlan desde un inicio, la productividad del nopal podría reducir drásticamente. En un caso extremo, podría extinguir especies endémicas.
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350 mil pencas en peligro
Las palomillas del nopal se promovieron en otras partes del mundo en las que ciertas especies vegetales se volvieron una plaga. La técnica empezó en Australia, donde los agrónomos locales buscaron un enemigo natural para los nopales invasores. El mismo fenómeno se llevó a cabo en Sudamérica, para luego ser introducidas en Hawaii. Sin embargo, esta actividad antropogénica se está saliendo de control.
“Entonces el insecto comenzó a moverse por el Caribe, donde las especies de nopal que ataca son nativas, lo que es similar a provocar la extinción de especies endémicas”, resaltó Agnelli. Con los huracanes, estos insectos se trasladaron también hasta Florida, donde invadieron la península entera. A pesar de que en 2009 se declaró que México estaba libre de estos animales, el panorama ha cambiado.
Al día de hoy, la palomilla del nopal todavía no ha ingresado a territorio nacional. Sin embargo, cerca de 350 mil pencas están amenazadas por este riesgo potencial. Las afectaciones económicas, sociales y ecológicas para el país son graves, ya que México es un reservorio y centro de biodiversidad de estas cactáceas domesticadas. Para evitar que haya impactos desastrosos, el Laboratorio de Interacciones Planta-Animal del IE de la UNAM se está encargado de hacer análisis de riesgo de invasión.
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