El gobierno de Namibia no ha especificado cuál será el destino de los elefantes.
Por DINA FINE MARON
Namibia se encuentra en el proceso de capturar 57 elefantes salvajes que fueron vendidos el año pasado en una subasta, según un comunicado emitido el 15 de febrero pasado por el Ministerio de Medio Ambiente, Silvicultura y Turismo del país.
Para consternación de ecologistas y grupos defensores de elefantes, Namibia anunció en diciembre de 2020 la subasta de 170 de sus elefantes para reducir una población que enfrenta cada vez más conflictos con asentamientos humanos, calculada en unos 24,000 individuos.
En agosto de 2021, el Ministerio publicó su primer –y hasta hoy, único– comunicado oficial sobre el tema. Según el gobierno, 57 elefantes que aún no habían sido capturados de la naturaleza, habían sido «vendidos con éxito» a tres postores. 15 más permanecerán en Namibia y otros 42 serán exportados.
Según el comunicado del 15 de febrero de 2022, el país ya ha capturado 37 elefantes, 22 de ellos para su exportación. La información oficial no declara el destino de los elefantes, sino que simplemente se limita a asegurar que no será China.
Según Romeo Muyunda, portavoz del Ministerio de Medio Ambiente, Bosques y Turismo, el gobierno de Namibia «no puede dar detalles sobre el destino de los elefantes en este momento, sino hasta que se complete todo el proceso de venta. Se trata de una cláusula del acuerdo de venta que firmamos con los postores», explica.
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La venta de elefantes salvajes para su cautiverio ha sido controvertida durante mucho tiempo, tanto porque existe un debate sobre si estos animales tan móviles e inteligentes pueden llevar una vida satisfactoria en cautiverio, como porque la separación de las manadas daña las relaciones entre los miembros de una familia muy unida.
«Los elefantes tienen necesidades básicas de una estimulación en ambientes ecológicos y sociales estimulantes y de libertad para escoger sus opciones de alimentación y compañeros. Estas necesidades no se pueden satisfacer en cautividad», explica Michele Pickover, directora de la Fundación sudafricana EMS, una asociación sin ánimo de lucro que lucha por las personas vulnerables y por el bienestar animal. «No hay un ‘problema’ de superpoblación de elefantes en Namibia. Desde nuestro punto de vista, todo es cuestión de ganancias».
El anuncio sobre la subasta de elefantes en Namibia realizado en diciembre de 2020, aseguraba que se venderían por manadas y no se separarían las familias. Las imágenes de un drone captaron a las crías en una granja en la que se encuentran 22 elefantes capturados a la espera de su exportación. El periodista namibio John Grobler grabó el vídeo el 12 de febrero. Asegura que le preocupa que haya más elefantas embarazadas y que el estrés del cautiverio pueda provocar partos prematuros.
«Capturamos manadas de elefantes», dice Muyunda, y «es posible que algunas hembras estuvieran embarazadas». Confirmó que nacieron dos crías después de capturar a los elefantes y sustraerlos de la naturaleza y asegura que «se encuentran bien».
Grobler fue acusado de un supuesto allanamiento de morada en la granja, lo que llevó al Ministerio a emitir un comunicado el 15 de febrero de 2022 para «aclarar la situación actual de las subastas», explica Muyunda.
Grobler dice que se encontraba en una carretera pública cuando envió un drone a sobrevalorar la granja para monitorear a los elefantes. El propietario de la granja, G. H. Odendaal, declinó hacer comentarios para este artículo.
Resulta polémico plantearse si Namibia está autorizada para exportar elefantes salvajes a un zoológico extranjero o a cualquier comprador fuera del sur de África.
El tratado internacional de vida salvaje que regula la exportación de elefantes africanos silvestres (CITES) sufrió una modificación en 2019 para prohibir que los elefantes de Botsuana, Zimbabue, Namibia y Sudáfrica fueran exportados a cualquier país donde los animales no vivan o no hayan vivido en la naturaleza, a menos que haya un beneficio probado de su conservación. Esto descarta casi con total seguridad las ventas a zoológicos de China y los Estados Unidos.
Dan Ashe, presidente y director general de la Asociación de Zoológicos y Acuarios de los Estados Unidos (AZA), dijo el 14 de febrero en un correo electrónico que la asociación no tiene conocimiento de ninguna participación de sus miembros en la subasta de elefantes de Namibia. «Compartimos la preocupación por la falta de transparencia alrededor de la iniciativa», dijo Ashe. Sin embargo, añadió que los miembros «no tienen obligación alguna de informar a AZA sobre posibles importaciones animales.»
En octubre de 2021, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EEUU se negó a comentar si alguna instalación en los Estados Unidos había solicitado permisos de importación para elefantes desde Namibia. National Geographic presentó una solicitud de la Ley de Libertad de Información (FOIA) para todas las solicitudes de permiso potencialmente relacionadas, pero aún no ha recibido tales registros.
«Las autoridades de Namibia deberían escuchar a los expertos internacionales en elefantes y cancelar estas desastrosas exportaciones antes de que sea demasiado tarde», asegura Mark Jones, responsable de política de la Fundación inglesa Born Free,, un grupo que se opone a la extracción de cualquier animal de su entorno natural.
Las exportaciones de elefantes de Namibia se debatirán el mes que viene en una reunión de la CITES que se desarrollará en Lyon, Francia.
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