De conejos y liebres: estas son las principales diferencias entre ambos animales

A pesar de las similitudes morfológicas, conejos y liebres tienen diferencias importantes en su gestación, su conducta y su forma de vivir

Conejos y liebres son dos especies que comparten varias similitudes. Ambas pertenecen a la misma familia y comparten una morfología similar. No obstante, hay diferencias importantes que deben ser tomadas en cuenta al momento de conocer mejor a estos animales.

Por principio de cuentas, hay que decir que conejos y liebres pertenecen a la familia Leporidae. Es decir, son mamíferos lagomorfos. Los conejos, popularmente hablando, son conocidos como símbolo de la fertilidad. Por ello también se les asocia con la pascua, época del año en que la naturaleza prolifera. Las liebres, por otro lado, desde el Egipto antiguo están vinculadas con la regeneración y, de igual modo, con la fertilidad.

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Tanto simbólica como biológicamente, conejos y liebres comparten características; sus similitudes hacen que sus significados vayan de la mano. Pese a esto, las diferencias no son asunto menor. El conjunto de éstas logran imponer una clara distinción entre ambos animales.

¿Qué diferencias hay entre conejos y liebres?

La doctora e investigadora del Laboratorio de Recursos Naturales de la Unidad de Biología, Tecnología y Prototipos (UBIPRO) dice a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que las dos especies son morfológicamente muy parecidas. Por ejemplo, estos animales tienen patas y orejas largas, sin embargo, un primer distintivo viene aquí: las liebres tienen las patas aún más extensas.

La forma en la que las liebres se aparean es muy peculiar. Consiste en un ritual en el cual la hembra se hace perseguir por el macho. Esto pone a prueba al candidato que, de alcanzarla, logrará aparearse. Es preciso indicar que este acto subraya una de las características que hace a las liebres diferentes de los conejos, es decir, su capacidad de desplazarse a mayor velocidad.

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Siguiendo este ciclo, la gestación es otro factor. Este proceso se lleva 42 días en las liebres. En los conejos se toma 30. Consiguientemente, hay variables importantes entre las crías de ambas especies.

Las liebres recién nacidas, también conocidas como lebratos, son reconocidas por el desarrollo físico con el cual son dadas a luz. Los lebratos, desde sus primeros instantes fuera de la madre, son capaces de correr y alimentarse por sí mismos. Además, estos animales nacen con pelo y los ojos abiertos. Los conejos tienen un desarrollo más lento. Estos nacen sin pelo y con los ojos cerrados. Tampoco pueden caminar o regular su propia temperatura.

Parecidos pero no iguales

Las conductas de estos animales no son iguales. Los conejos son seres mucho más dados a vivir en grupo. Las liebres son animales más solitarios. Sus espacios para vivir también son diferentes; las liebres optan por pequeños montículos de tierra, los conejos por sus madrigueras.

Las liebres son más de espacios abiertos. Cuando hay que enfrentar a los depredadores, estos animales se apoyan en su velocidad para lograr escapar. Los conejos, por el contrario, ante esos peligros que amenazan su supervivencia, tienden a refugiarse en sus  madrigueras.

Pese a estas diferencias, conejos y liebres son animales herbívoros. Se alimentan de brotes tiernos de pasto, semillas y frutas. Incluso, algunos desentierran raíces o tubérculos. De ahí la popular imagen del conejo alimentándose de una zanahoria. Aparte, estos animales también suelen valerse de las cortezas de árboles para su consumo.

Las dos especies se ven amenazadas por la progresiva pérdida de su hábitat. De acuerdo con la UNAM, en México viven 15 especies diferentes de lepóridos. De ese total, 8 son endémicas. No sobra decir que, según la misma fuente, en México está prohibido la caza de conejos y liebres silvestres.

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