Las razas de perros mexicanos han acompañado a los seres humanos hasta el más allá desde tiempos inmemoriales. Estas son y así se distinguen
Los perros son los animales de compañía por excelencia. La historia de estos tiene más de 20 mil años. Su origen proviene del Canis lupus lupus, es decir, el lobo. Actualmente, hablar de los canes es también hablar de la variedad racial. En este sentido, las razas de perros mexicanos son un aporte importante a la vasta diversidad del mundo canino.
Antes de la llegada de los españoles, en América ya existían estos animales. Dicho lo anterior, las razas de perros mexicanos han convivido desde hace siglos con los pobladores de este territorio y han formado parte de una cosmovisión ancestral. Hoy, la Federación Canófila Mexicana (FCM) reconoce a tres perros mexicanos. Esto es lo que sabemos sobre ellos.
Los viejos amigos del Nuevo Mundo
Chihuahua
El chihuahua, o chihuahueño, se dice que tiene por ancestro al techichi, una raza extinta que era considerada como compañero espiritual por los toltecas. Este perro es el más pequeño del mundo y recibe su nombre en honor al estado mexicano de Chihuahua, lugar donde habitaba en estado silvestre.
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El linaje exacto de esta raza es un tanto imprecisa para los investigadores. Se considera que está emparentada, de alguna forma, con los perros miniatura chinos. Incluso, una teoría señala que el chihuahua tiene por antepasado al zorro fenec, el cual es originario de África y Arabia.
De las razas de perros mexicanos, el chihuahua es el más conocido globalmente. Su tamaño lo ha distinguido, por completo, del resto. Otros detalles que se destacan de este perro son su temperamento nervioso y mal carácter. No obstante, una buena crianza influye favorablemente a que éste sea una excelente compañía.
Xoloitzcuintle
La creencia mexica dictaba que el xoloitzcuintle guiaba a la persona recién fallecida en su camino hacia la tierra de los muertos, o Mictlán. Gracias a este perro, el alma podría sortear los obstáculos y así llegar a su nuevo destino.
En complemento, se dice que este can fue enviado por el dios Xólotl, deidad mexica del fuego, para cumplir el propósito descrito. De ahí también el nombre. En síntesis, este perro era considerado un compañero durante la vida y un guía en la muerte.
El xoloitzcuintle es un icono de la cultura mexicana. Al igual que el chihuahua, este perro es diferenciado por una característica particular: la ausencia de pelo en la mayoría de su cuerpo. Pese a esto, hay algunas variedades que sí llegan a tenerlo en algunas zonas.
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Este es un perro mediano, aunque también hay diversidad en el tamaño. Su temperamento no es inusual con respecto al de otras razas; suele ser tranquilo y sociable. El xoloitzcuintle está considerado como un perro protector.
Calupoh
El calupoh es la más desconocida de las razas de perros mexicanos. Se han encontrado vestigios de este animal en Teotihuacan, sitio donde se considera surgió hace mil 700 años. Es un hibrido de perro y lobo.
A este can se le conoce también como perro lobo mexicano. Al ser un hibrido de las especies mencionadas, se le ha significado con los simbolismos atribuidos al perro y al lobo. El primero representa la fertilidad; el segundo, la guerra.
Este perro es tranquilo y dócil, aunque se puede mostrar reservado frente a extraños. Es particularmente ágil, dinámico y adaptable. De las razas de perros mexicanos, el calupoh es el más grande.
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