Después de un siglo de considerarse mudo, el sapo del Valle de Santiago demostró que tiene un canto único, equiparable al ‘trinar de los pájaros’.
Distribuido entre la Cordillera del Cutucu y la del Cóndor, a través de Ecuador, la última vez que se tuvo registro del sapo del Valle De Santiago fue en el siglo XX. La expansión urbana excesiva e irresponsable hizo que, por sus dimensiones reducidas, los científicos ecuatorianos le perdieran la pista. Así también, que no se pudiera registrar su canto único, que la AFP describe como ‘el trinar de pájaros’.
Conocido por su nombre científico, Rhinella festae, este anfibio latinoamericano carece de hendiduras vocales. En total, puede llegar a medir de 48 a 68 milímetros, y habita en la Amazonía ecuatoriana. Después de casi 100 años de haberle considerado mudo, los científicos que registraron su voz de nueva cuenta aseguran que «se compone de 1 a 2 notas multipausadas«, que puede durar hasta 0.7 segundos.
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Los mudos que cantan
A cargo del investigador Diego Batallas, hallazgo se publicó en la revista científica Neotropical Biodiversity. Por su parte, la International Union for Conservation of Nature (IUCN), encargada del listado de animales en peligro a nivel global, catalogó al sapo del Valle de Santiago como una especie ‘casi amenazada’.
El proyecto fue conducido por el Instituto Nacional de Biodiversidad, en Quito. A pesar de no tener cuerdas vocales, los biólogos descubrieron que el sapo del Valle de Santiago puede cantar, explica la cobertura de la AFP. Según Batallas, líder de la investigación, nunca antes se había documentado un caso así en ningún anfibio latinoamericano.
Aunque fueron científicos ecuatorianos los que lo volvieron a encontrar, el sapo del Valle de Santiago se ha localizado históricamente en la Cordillera de los Andes. Específicamente, en Perú y Ecuador, alrededor de bosques húmedos y secos, así como en regiones pantanosas.
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