La enfermedad se transmite de las madres a sus crías. El problema es que, además de debilitar el sistema inmune de las hembras embarazadas, también genera estragos letales en los bebés recién nacidos. Aletargamiento, cansancio crónico y defensas mínimas son algunos de los síntomas más agresivos. Por esta razón, algunos científicos de la Universidad de Queensland, en Australia, han comparado el retrovirus koala con el VIH.
Un comunicado oficial de la Universidad de Queensland alertó sobre el retrovirus koala: una enfermedad terminal que se transmite de las hembras embrazadas a sus crías durante el periodo de gestación. Este virus, según Keith Chappell, de la Facultad de Química y Biociencias Moleculares «predispone a los koalas a la clamidia y otras enfermedades«.
El problema es que está afectando, mayoritariamente, a las poblaciones salvajes de koalas que aún quedan en Australia. También conocido como KoRV, es una de las más grandes amenazas que enfrenta la especie en la actualidad. Algunos autores la equiparan, incluso, con el riesgo de la destrucción de su hábitat y la crisis climática.
Entre otros síntomas graves, el agotamiento del sistema inmunológico es el que más preocupa a los científicos de Queensland. Con las defensas muy bajas, es difícil que los ejemplares en libertad hagan frente a otros factores ambientales perjudiciales, como el estrés ecológico y otras infecciones bacterianas. En la actualidad, no hay certeza sobre cómo se transmite el virus, más allá del embarazo.
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Originalmente, los científicos australianos pensaban que la transmisión era por la vía sexual. sin embargo, no hay evidencia concluyente que les lleve a confirmar esta teoría. Lo que sí es evidente es que «los koalas del norte comparten una única versión altamente conservada de KoRV que está integrada en el genoma» de la especie, según explican en el comunicado.
Para obtener más información sobre el retrovirus koala, se secuenció la información genética de 109 ejemplares en cautiverio. Fue entonces que se confirmó la transmisión de madre a cría, según el artículo publicado en PNAS esta semana. El contagio, según los científicos, se da por la proximidad entre la madre y su descendencia: la clave podría estar en los fluidos infecciosos, como la leche.
El estudio ayudó a los científicos de Queensland a identificar 421 secuencias del retrovirus koala. A pesar de ello, todavía no existe evidencia suficiente para determinar si también se propaga por la vía sexual. Ante la incertidumbre, los autores principales del estudio aseguran que encontrar una cura cambiaría para bien el panorama, hoy precario, de la conservación de la especie.
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