Un misterioso fósil mantuvo las dudas de muchos científicos que jamás creyeron que perteneciera a un reptil antecesor de los dinosaurios.
Algo extraño ha sucedido en el mundo de la paleontología. Un misterioso fósil encontrado en los Alpes italianos durante los años 30 del siglo pasado no es lo que por mucho tiempo se creyó: un reptil de hace 280 millones de años.
Lo que podría ser una desilusión para muchos especialistas viene de parte de un estudio realizado por científicos del University College Cork (Irlanda). Sus resultados aparecen en la revista Palaeontology.
El gran estado de conservación que presentaba el fósil, en cuanto a los tejidos blandos, nunca terminó por convencer a muchos científicos que se mantenían escépticos ante lo inusual del hallazgo.
La verdad sale a la luz
Partiendo de las sospechas de que algo no era normal, los autores del estudio descubrieron que el contorno del cuerpo fue creado artificialmente, tal vez para remarcar los detalles del resto.
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El camino hacia la identidad verdadera del misterioso fósil fue a través de un escáner UV. Sin embrago, para ver lo que estaba por debajo del recubrimiento, fue necesario otro tipo de análisis. Por eso, los científicos usaron una combinación de microscopía electrónica de barrido con espectroscopia de energía dispersiva para revisar lo que se creía que era piel carbonizada.
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Justamente, eso último no era lo que aparentaba; se trataba de pintura negra sobre la superficie rocosa. Desafortunadamente, contra lo que se creía, los tejidos blandos del fósil estaban en mal estado.
A pesar de esta anécdota de confusión paleontológica, los expertos mantienen la esperanza de seguir estudiando el fósil, ya que algunas otras partes son auténticas.
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