.Han pasado más de 10 años desde que Romeo, la última rana acuática de Sehuencas que se conoce, haya tenido una pareja. Sin embargo, la suerte de este soltero afortunado cambió drásticamente.
En una expedición a un bosque nublado de Bolivia, Global Wildlife Conservation y el Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny redescubrieron la rana acuática de Sehuencas (Telmatobius yuracare) en la naturaleza y rescataron a cinco individuos para un programa de conservación.
En total fueron tres machos y dos hembras: una joven rana y una Julieta para Romeo.
“Es un sentimiento increíble saber que gracias a todos los que creen en el verdadero amor y donaron para el día de San Valentín del año pasado, ya hemos encontrado una pareja para Romeo y podemos establecer un programa de cría para su conservación con más de una pareja”, dijo Teresa Camacho Badani, jefe del departamento de herpetología del museo y líder de la expedición expedition leader.
“Ahora comienza el verdadero trabajo: sabemos cómo cuidar con éxito a esta especie en cautiverio, pero ahora aprenderemos acerca de su reproducción, y al mismo tiempo volveremos al campo para comprender mejor a esta especie y encontrar más individuos de su especie, y si los encontramos, cuantos más existen, dónde están y cuáles son las amenazas que enfrentan».
«Con este conocimiento, podemos proteger a esta especie en su hábitat natural y si es que existe una población saludable, mientras desarrollamos un plan a largo plazo para devolver a los futuros bebés de Romeo a su hogar en la naturaleza, evitando la extinción de la rana de agua Sehuencas”, agregó.
Estas son las primeras ranas acuáticas de Sehuencas que los biólogos han visto en la naturaleza en una década.
Aunque a lo largo de los años los científicos buscaron esta área en busca de especies sin éxito. Este equipo, que había realizado un análisis cuidadoso con anticipación para determinar los mejores lugares para buscar a esta especie de rana, no encontró a la rana acuática de Sehuencas hasta que después de varios largos días de búsquedas fallidas en hábitats que lucían perfectos para estos anfibios —arroyos bien conservados en los bosques nublados de Bolivia.
Las ranas acuáticas de Sehuencas que finalmente se encontraron, serán las fundadoras de un programa de cría de conservación en el Centro K’ayra de Investigación y Conservación de Anfibios Amenazados de Bolivia. Esto forma parte de una iniciativa más amplia para que esta especie vuelva del borde de la extinción.
El equipo expedición incluye a:
- Camacho Badani; el veterinario Ricardo Zurita Urgarte
- Sophia Barrón Lavayen, la jefa de cría en cautiverio del Centro K’ayra
- El investigador Stephane Knoll.
Ellos transportaron cuidadosamente las cinco ranas a las instalaciones del centro de cría, donde los animales se encuentran en cuarentena mientras se aclimatan a un entorno que reproduce las condiciones en la naturaleza.
También recibirán tratamiento para la enfermedad infecciosa mortal, la quitridiomicosis, que es en parte responsable de la declinación de esta especie y otros anfibios en arroyos donde alguna vez se encontraban. Después de esto Romeo conocerá a su Julieta.
“Siempre existe el riesgo de traer animales de la naturaleza para iniciar una población en cautiverio, y no es un paso que deba tomarse a la ligera”, expresó Chris Jordan.
Él es coordinador de GWC para América Central y los Andes Tropicales. “Pero en este punto, parece que hay muy pocas ranas acuáticas en la naturaleza para que puedan mantener una población viable a largo plazo. Por lo que hay, un mayor riesgo si no hacemos nada».
Tenemos una oportunidad real de salvar a la rana acuática de Sehuencas.
«Esto es restaurando una parte fundamental de los bosques de Bolivia, y generando información importante sobre cómo restaurar especies similares que también están en grave riesgo de extinción”, agregó.
El equipo de la expedición planea continuar buscando ranas para determinar si la especie se encuentra en otros lugares de la naturaleza y en qué número, aprender más sobre sus preferencias de hábitat y continuar con las pruebas para detectar la presencia de quitridiomicosis y otras amenazas en el área.
Lo que ellos aprendan en el campo les ayudará a desarrollar un plan para proteger y restaurar el hábitat de la especie, tanto para los anfibios que todavía viven allí como para preparar los arroyos para el regreso de la descendencia de Romeo.
El objetivo final con el programa de cría de conservación es criar a los animales y devolver a las crías a su hábitat natural cuando las amenazas a la especie se hayan mitigado.
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Este artículo es una recopilación de material publicado previamente por Global Wildlife Conservation.