Con hasta 6 metros de largo y dotado con hileras de colmillos gigantes, el tiburón blanco se impone como un superdepredador de los océanos.
A pesar de ser uno de los tiburones más estudiados, el tiburón blanco sigue siendo una gran incógnita. Aspectos relacionados a su comportamiento continúan generando preguntas que aún no tienen respuesta. Con todo, lo que se conoce sobre este gran depredador es suficiente para admirar a uno de los animales más asombrosos de la actualidad. Esto es lo que sabemos sobre el gran tiburón blanco.
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Descripción y distribución del tiburón blanco
El tiburón blanco (Carcharodon carcharias) es uno de los miembros más grandes de los condrictios (clase de vertebrados acuáticos también conocidos como peces cartilaginosos). De acuerdo con datos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), la especie nace midiendo 1.2 metros, y algunos ejemplares llegan hasta los 6 cuando alcanzan el punto máximo de su desarrollo.
En proporción con el tamaño está el peso. Este gigante de los océanos puede superar, fácilmente, la tonelada. Incluso se han registrado algunos representantes de la especie que se acercan a las dos, o incluso la superan.
La parte inferior del animal es blanca, de ahí que reciba ese nombre. Sin embargo, la coloración de la sección superior es gris. Por debajo de las aletas pectorales el tiburón blanco tiene manchas negras. Su hocico es cónico y alberga dientes anchos y triangulares, aunque los de abajo suelen ser más angostos.
Debido a su amplia distribución, el tiburón blanco es uno de los tiburones más extendidos. Al respecto, la NOAA dice que este animal se halla, sobre todo, en aguas subtropicales y templadas. A menudo se dan importantes migraciones de la especie, buscando las temperaturas óptimas para su naturaleza.
Conforme a lo publicado por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), la Isla Guadalupe, en Baja California, es el único sitio en México donde el tiburón blanco puede ser avistado. No obstante, ese punto figura entre los mejores lugares para la observación y estudio de la especie.
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Un depredador sofisticado
Con relación al hábitat del tiburón blanco, la Conanp y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) apuntan que los recién nacidos son vistos con frecuencia en las áreas costeras. Cuando comienzan a crecer, agregan las entidades citadas, estos se desplazan más allá de la plataforma continental, de modo que cuando llegan a adultos son pobladores comunes de las aguas oceánicas.
Este gran depredador es poseedor de hasta 300 dientes dispuestos a lo largo de varias filas; de un agudo olfato altamente eficaz en la detección de preseas; y de órganos capaces de percibir los minúsculos campos electromagnéticos generados por otros animales. En suma, estos atributos hacen del tiburón blanco un peligro para la supervivencia de crustáceos, moluscos, aves marinas, tiburones de menor tamaño, focas y leones marinos.
A partir de lo divulgado por Britannica se puede inferir que el tema del apareamiento sigue estando lleno de interrogantes. Por ejemplo, se desconoce si existe un ritual de cortejo. Pese a esto, la enciclopedia mencionada brinda datos relevantes sobre la reproducción del tiburón blanco:
- La madurez sexual de los machos llega a los 10 años, mientras que la de hembras se da entre los 12 y 18
- Las camadas constan de 2 a 10 crías
- La gestación puede durar hasta 12 meses
- Las hembras buscan aguas templadas y subtropicales para dar a luz
Riesgos e importancia del tiburón blanco
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés), el tiburón blanco no está en peligro de extinción. Aunque esto puede resultar alentador, la verdad es que la especie enfrenta al ser humano como su principal amenaza.
En este aspecto, la Biól. Vania Mendoza, especialista en ciencias del mar y limnología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explica que, además de la contaminación de los océanos, los diferentes tipos de pesca ponen en peligro al depredador. Sin ser el objetivo de captura, muchos tiburones quedan atrapados en las redes.
Luego está la pesca insostenible, comenta la experta. Ésta tiene la intención deliberada de cazar a estos animales para obtener las aletas, ya que son codiciadas en diferentes gastronomías asiáticas, o bien, para extraer el aceite corporal, pues resulta útil en la elaboración de cosméticos y otros productos.
«Si el tiburón blanco no existiera, aumentaría el número de las especies inferiores de la cadena trófica, siendo la mayoría herbívoros que elevarían la presión de depredación sobre los productores primarios. Esto, en algún punto, sería un recurso insuficiente para poder mantener a las poblaciones de los eslabones superiores, por lo que poco a poco empezarían a extinguirse«, termina Vania Mendoza
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