Sus hábitos de caza nocturnos y lentos parecen ir a contracorriente, pero son las cualidades más preciadas de los tiburones puntas blancas.
A mitad de 2020, unas imágenes grabadas por el buzo Michael Pizzi sorprendieron al mundo y se hicieron virales. Lo que capturó al fondo de la reserva del archipiélago de Revillagigedo lo dejó boquiabierto, se trataba de un grupo de alrededor de 40 tiburones punta blanca (Triaenodon obesus) durmiendo, casi como si estuvieran acurrucados, unos sobre otros.
Pronto, las imágenes que se pudieron ver en su canal de Youtube llegaron a la televisión y muchos sitios de noticias alrededor del mundo. El asunto llegó a tanto que, en entrevistas, Pizzi habló de la protección que esta especie disfruta en lugares como Revillagigedo, Colima, en México, y su experiencia al ver a estos tiburones en las cuevas submarinas y estrechos espacios entre los arrecifes.
Por fortuna, pronto se supo que este comportamiento no era extraordinario, pues los tiburones punta blanca son conocidos entre pescadores y estudiosos por sus comportamientos y su preferencia por la tranquilidad entre el coral y las lagunas costeras.
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Un gran papel en el inmenso océano
Dadas sus características físicas como un cuerpo delgado y flexible, es que este tiburón se permite maniobrar con destreza entre los corales, por lo que su plan de caza es principalmente de noche, así que durante el día es común encontrarlo descansando en cuevas o bajo salientes de coral, un comportamiento inusual para otras especies de tiburones, que necesitan nadar constantemente para respirar y cuyo plan de alimentación es más ostentoso y violento.
Pero no por apacible su tarea en los ecosistemas marinos es menor, al contrario, su desempeño es vital, pues al no depender de su velocidad y preferir presas enfermas o débiles, ayudan a mantener el equilibrio de las poblaciones de especies en los arrecifes, asegurando que no haya una sobrepoblación que podría dañar el delicado ecosistema coralino. Además, su presencia indica qué tan saludable o enfermo puede estar su entorno, ya que al estar en la cima de la cadena alimentaria, se sabe que requieren de un ecosistema robusto para prosperar.
Trucos de supervivencia bajo la aleta
El tiburón punta blanca posee varias adaptaciones fascinantes que le permiten sobrevivir con éxito en su entorno. El mejor ejemplo es su piel, que es extremadamente sensible a la presión y vibraciones, y por ello detecta hasta el más fino movimiento en el agua, mientras que sus ojos grandes le proporcionan una excelente visión nocturna, y eso asegura una caza exitosa. Además, su dentadura, afilada y puntiaguda, está diseñada para atrapar a las presas más resbaladizas.
Según datos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica, del Departamento de Comercio de los Estados Unidos, la población de tiburones punta blanca sigue disminuyendo por amenazas como la pesca excesiva, la destrucción de hábitats coralinos y el cambio climático.
Pero pese a esto, y a que el gobierno de México no ha actualizado el estatus de las aguas del Archipiélago de Revillagigedo desde 2017 en su portal web existen acciones palpables en el país, como turismo responsable y programas de educación sobre protección que dan un respiro de ilusión sobre el futuro de esta especie.
Este texto fue escrito por Karina Espinoza, historiadora del arte y editora con 15 años de experiencia en medios como El Universal, Nexos y Editorial Televisa.
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