Cuando el sol empieza a esconderse entre las olas revueltas por la época de lluvias en el sur de Costa Rica, se pueden aprovechar los últimos momentos de desovación de las tortugas lora (Lepidochelys olivacea) Hay diferentes organizaciones sin fines de lucro que se encargan de proteger los nidos de estas especies y mantener los huevos seguros, lejos de cazadores ilegales, perros y otros peligros que les impiden llegar al mar.
En este caso, la organización Reserva Playa Tortuga se ha hecho responsable de monitorear las tortugas lora que visitan las costas del pacífico. Se organizan para poder liberar a las crías, una vez que sea el momento de su desovación. El porcentaje de supervivencia de las tortugas marinas es mínimo, pues solamente el 1 % de las tortugas alcanzan la etapa adulta, según las estadísticas. Dependiendo de la especie, por nido suelen poner alrededor de 100 huevos; lo cual significa que sólo una tortuga llega a sobrevivir en las adverisdades del mar abierto.
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Los voluntarios y cuidadores de estos reptiles marinos las resguardan en varias cubetas para poder vigilarlas de cerca. Les indican a todos los visitantes que formen un medio círculo manteniendo la distancia, recitan distintas reglas para protegerlas:
Sandy Quirós, veterinaria de Alturas Wildlife Sanctuary, experta en vida silvestre ilustra la importancia de asistir a las liberaciones de tortugas marinas, pues lo considera como una de las actividades más indispensables para su conservación.
“Este tipo de esfuerzos en la comunidad son esenciales porque crean una consciencia colectiva, pues tanto los niños como los adultos y miembros de otras organizaciones van a tener participación en este tipo de proyectos en todo el proceso, desde la colecta de huevos, la incubación de los huevos hasta ver su nacimiento,” explica en una entrevista exclusiva para National Geographic en Español.
Hay personas de todas las edades. El 21 de noviembre de 2022, la tarde anaranjada se volvió gris, cubierta por gotas de lluvia. La mayoría de la gente llevaba impermeables y sombrillas para no empaparse por completo. La liberación se llevó a cabo alrededor del atardecer en el sur de Costa Rica en “Playa Hermosa”, en donde se juntaron aproximadamente 30 personas.
“La tortuga hembra probablemente va a regresar a la misma costa donde nació a poner sus huevos», explica Quirós, «reconociendo el trayecto de su primera vez fuera del caparazón por el contacto de su saliva con la arena».
Las emociones desfilaban en los rostros de las personas: desde sorpresa hasta felicidad máxima o preocupación. El trayecto que recorren las pequeñas recién nacidas tiene que ser con al menos de 15 metros de distancia del primer contacto con el agua salada, pues es esencial que se arrastren por la playa unos momentos.
Ver cómo las crías de tortuga lora se arrastran para probar por primera vez el agua salada, su nuevo hogar ,es esencial para generar empatía hacia su conservación. Liberarlas se convierte en una especie de clase abierta de ciencias naturales, porque genera consciencia en muchos niveles: trabajo en comunidad, educación ambiental y protección de la vida silvestre.
Las tortugas lora están enlistadas por la Unión Mundial por la Naturaleza (UICN) como una especie en peligro de extinción. Se considera que si no se toman las medidas necesarias para su protección, nuestro planeta se podría quedar sin ellas en un futuro cercano. Además, el cambio climático afecta a las tortugas directamente, pues la temperatura del ambiente determina su sexo, ya que la arena en la que se entierran los huevos mantiene el calor.
“Para Costa Rica es muy importante estos esfuerzos de protección de las tortugas porque eso significa que vamos a seguir teniendo el regreso de la fauna marina y la cadena de la armonía en la naturaleza va a continuar al conservar estas especies,” detalla Quirós.
Con el incremento en la temperatura ambiente por el calentamiento global, están naciendo más hembras que machos. Desde el 2009, se ha notado un desbalance en el ecosistema, pues las tortugas deben de enfrentrase con todo tipo de peligros y contratiempos para su supervivencia desde antes de que nazcan.
Este artículo se escribió a dos plumas entre la fotógrafa mexicana Alessandra de Zaldo y Andrea Fischer, editora web de National Geographic en Español. De Zaldo ilustra el texto con fotografías desde el Alturas Wildlife Sanctuary, en Costa Rica.
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