La vejiga natatoria de la totoaba se valora en el mercado asiático en más de 8 mil USD. Es el pez más caro del mundo y vive solo en México
El Golfo de California, o Mar de Cortés, da hogar a una diversa vida marina. La totoaba es una de las especies endémicas de esta zona del Pacífico mexicano. La pesca de esta especie fue clave para el desarrollo de asentamientos humanos próximos a las aguas del océano mencionado. No obstante, el pez en cuestión se descubrió por inmigrantes chinos en la década de los 20.
De acuerdo con la base de datos Naturalista, la totoaba es el pez más caro del mundo. Esto se debe a la vejiga natatoria, o “buche”, que posee. Dicho órgano es valorado, en el mercado negro chino, en hasta más de 8 mil USD. La creencia popular indica que esta parte del pez tiene propiedades curativas.
La situación descrita ha hecho que, desde hace varios años, la pesca ilegal de la totoaba aumente de forma desmedida, llevandola al peligro de extinción. El problema, en realidad, se extiende a otras especies, ya que en las redes, destinadas a capturar a la totoaba, suelen quedar atrapados otros animales. Esto es lo que sabemos al respecto.
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Totoaba, el enorme y valioso pez del Golfo de California
📄México da un paso más hacia la protección de la vaquita marina y la totoaba ante la Cites.https://t.co/ZtKkJn4h1h pic.twitter.com/bjucs8WXiB
— Relaciones Exteriores (@SRE_mx) March 13, 2022
La totoaba (Totoaba macdonaldi) es un pez endémico del Golfo de California, México. Pertenece a la familia Sciaenidae. Otros nombres populares, para referirse a este animal, son curvina, corvina blanca, tambor y roncador. Los últimos dos aluden al sonido que el pez produce, precisamente, por su vejiga natatoria.
De acuerdo con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), la totoaba puede llegar a alcanzar los 2 metros de largo y los 100 kilogramos. Se trata, entonces, de un pez grande de mandíbula inferior saliente. Su alimentación coloca a la especie como carnívora, ya que basa en cangrejos, camarones, sardinas y otros peces pequeños.
Naturalista menciona que, originalmente, la distribución de la totoaba abarcaba desde la desembocadura del río Colorado hasta Bahía Concepción en la costa oeste del Golfo. No obstante, el espacio de este pez se ha visto reducido al paso de las décadas. En la actualidad, se estima que solo se puede encontrar en el Alto Golfo de California.
Este pez es bastante longevo, dado que puede llegar a vivir de 25 a 50 años. Dicho esto, la madurez sexual de su especie se alcanza entre los 6 y 7. Una vez que llegan a la edad reproductiva, resulta común que las hembras se dirijan al Delta del Río Colorado para poner sus huevos a lo largo de los meses de marzo y mayo.
Pesca ilegal y sus consecuencias en otras especies
Como ya decía, en un inicio, la pesca de la totoaba fue importante para el desarrollo de comunidades mexicanas en los estados de Sonora y Baja California. Sin embargo, con el tiempo se corrió la idea de que la vejiga natatoria era capaz de servir en el tratamiento para diversas enfermedades. Esto hizo que embarcaciones asiáticas comenzarán a desarrollar la pesca ilegal de la especie.
Para la medicina tradicional china, la vejiga natatoria de la totoaba tiene propiedades curativas y afrodisiacas. Pese a esto, no ha sido comprobado, por ningún estudio científico, que dichas cualidades en realidad tengan los efectos prometidos. Por si fuera poco, la misma parte del pez se valora como un alimento gourmet en diferentes países del continente asiático. Y, aún más, hay quienes coleccionan la vejiga y hacen inversiones importantes con ella.
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Toda esta explotación ilegal ha orillado a la totoaba a estar vulnerable al peligro de extinción, así lo señala la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés). El problema, como se decía al principio, no descansa en esta especie, ya que se ha visto que otros animales quedan atrapados en las redes hechas para la captura exclusiva de este pez. El caso más alarmante es el de la vaquita marina, cetáceo endémico de México en peligro grave de desaparecer.
Los esfuerzos por proteger a la totoaba y, en consecuencia, a la vaquita marina tienen ya varias décadas de estar ejecutándose. De 1940 a 1955 hubo una declaración de veda para proteger su reproducción. Durante los 70, se establecieron diferentes zonas de refugio y en los 90 se prohibió el uso de mallas en estas áreas. Hasta la fecha se sigue trabajando en salvar a estas especies, pero el peligro de extinción sigue latente.
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