El algoritmo demostró que los cerdos experimentan felicidad al amamantar a sus crías, reunirse con su madre o correr libremente.
A través de miles de registros acústicos recopilados durante toda la vida de un grupo de cerdos, un equipo liderado por la Universidad de Copenhagen (Dinamarca) ha conseguido traducir los gruñidos típicos de los cerdos e inferir sus emociones.
A partir del análisis de 7,000 grabaciones de audio de 411 cerdos captadas en distintas situaciones (tanto en una granja como frente a estímulos provocados en un laboratorio), los autores diseñaron un algoritmo capaz de decodificar los gruñidos de los animales, clasificando las emociones en dos: mientras las positivas estaban relacionadas con felicidad o excitación, las consideradas negativas se relacionaron directamente con el miedo o estrés.
Una de las claves consistió en la duración y frecuencia de los gruñidos, de modo que los más breves y de baja frecuencia coincidieron más con emociones positivas, por ejemplo, el acto de amamantar a sus crías, el momento en que los lechones se reunen con su madre, o cuando corren libremente.
Por el contrario, los sonidos que implicaban sensaciones negativas (como peleas entre ejemplares, castraciones o encierros y aislamiento) suelen ser más largos y agudos, con mayores fluctuaciones entre ellos. Según el equipo, el algoritmo logró clasificar correctamente el 92 % de las emociones según el estado de ánimo que representaban.
«Con este estudio, demostramos que los sonidos animales nos proveen de grandes descubrimientos sobre sus emociones. También probamos que el algoritmo puede ser utilizado para decodificar y entender de mejor forma las emociones de los cerdos, lo que significa un paso importante para mejorar el bienestar animal», explica Elodie Briefer, profesor asociado del Departamento de Biología en la Universidad de Copenhagen y coautor principal del estudio.
Aunque hacen falta más estudios para seguir conociendo más sobre el comportamiento y los estímulos que influyen directamente en las emociones que experimentan los cerdos, la investigación sienta un precedente que incluso podría ser útil para los granjeros en el futuro cercano, toda vez que el algoritmo podría formar parte de una app que les permita monitorear y mejorar el bienestar de los animales a su cargo.
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