El éxodo de una manda de elefantes hacia el norte de China ha provocado revuelos entre los pobladores locales, que desconocen el motivo de su movilización.
Pesados, masivos e implacables. Una manada de elefantes asiáticos ha viajado hasta las periferias de Kunming, en China, a lo largo de 500 kilómetros. A su paso, desde la provincia de Yunnan, han terminado con cosechas y daños materiales en poblaciones rurales y ciudades pequeñas. Sin embargo, la travesía había pasado desapercibida: una familia de 15 miembros —con 3 bebés y 12 adultos—, no había generado interés mediático hasta ahora.
500 kilómetros de viaje sin rumbo aparente
Nadie sabe con certeza qué ha llevado a una manada de elefantes nutrida a desplazarse a lo largo de una distancia tan considerable. Después de meses de travesía, las autoridades chinas encomendaron a un grupo de 360 personas a seguir el movimiento y actividades de los ejemplares involucrados. En total, se necesitaron 76 coches y 9 drones para monitorear su dirección y comportamiento.
Diversas instituciones chinas dedicadas a la vida silvestre han intentado entender qué ha llevado al grupo a movilizarse de esta manera. Se tiene registro de que abandonaron su hábitat natural el año pasado, en marzo. En el camino, una de las hembras dio a luz a un bebé sano y fuerte en noviembre de 2020, según la cobertura de The Guardian.
Hasta el momento, la familia de 15 elefantes ha caminado junta a lo largo de 500 kilómetros. El martes 1º de junio de 2021, fue avistada por la noche cerca de Kunming, por lo que atrajo la atención de los medios para mantenerlos lejos de las áreas urbanizadas. No sólo en favor de la seguridad de los pobladores, sino de la protección de los ejemplares mismos.
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Un éxodo forzado hacia el norte
Se sabe que la madre del recién nacido y la cría abandonaron la manada de elefantes después de 5 meses de descanso colectivo. Los demás, emprendieron de nuevo su camino hacia el norte. El camino de la familia, sin embargo, no ha sido bien recibido por los pobladores de diversas ciudades y pueblos.
A su paso, se han comido sembradíos enteros de maíz y han destrozado graneros. En algunos casos, terminaron con las reservas de agua de algunos comercios locales para hidratarse. Hasta ahora, de acuerdo con emisora estatal CCTV, los daños de la travesía se elevan por encima del millón de dólares.
Zhang Li, profesor de conservación de mamíferos en la Universidad Normal de Beijing, asegura que este fenómeno se verá cada vez con mayor frecuencia. Esto se debe a que los seres humanos estamos invadiendo los espacios naturales de estas especies:
«Las zonas de amortiguación tradicionales entre humanos y elefantes están desapareciendo gradualmente, y las posibilidades de que los elefantes se encuentren con humanos aumentan de forma natural», explica el experto.
Este éxodo hacia el norte no es una casualidad. Por el contrario, es posible que la familia de 15 elefantes haya necesitado desplazarse de manera forzada. Como consecuencia de la actividad humana y la expansión urbana irresponsable, éste y otros grupos de animales están perdiendo sus hábitats naturales, lo que les obliga a abandonarlos irremediablemente.
En contraste, la seguridad económica y física de las personas en los poblados que cruzan también se ve afectada. A la par, las autoridades chinas piensan aumentar la vigilancia de la manada de elefantes para evitar que ocasionen más destrozos. La especie, mientras tanto, se queda sin espacios para habitar.
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