Al pasear por la línea de costa del Valle de Glamorgan, en Gales, una niña de cuatro años jamás se imaginó que podría aportar un hallazgo fundamental para el entendimiento paleontológico contemporáneo. Caminado entre las olas, para después volver a la arena, Lily Wilder encontró una huella de dinosaurio bien conservada que data de hace 220 millones de años.
A partir del descubrimiento de esta niña galesa, una serie de científicos se dedicaron a investigar los orígenes de esta huella sorprendentemente bien marcada. De acuerdo con los resultados del estudio, este resto fósil podría ayudar a determinar cómo caminaban algunas especies de dinosaurios en la prehistoria.
Lily encontró la huella en enero, perfectamente impresa en barro. La piedra consta de unos 10 centímetros de largo, y podría corresponder a una especie que midió no más de un metro de alto y caminaba sobre sus patas traseras. Cindy Howells, curadora de paleontología del Museo Nacional de Gales, describió el hallazgo de la niña como «el mejor espécimen jamás encontrado en esta playa«.
Según las observaciones de los científicos encargados del estudio, es posible que la especie que dejó esta huella millones de años atrás se alimentara de otros animales pequeños y de insectos. Se piensa que podría ser un pariente ancestral de los cocodrilos contemporáneos, durante el periodo en el que los dinosaurios se estaban diversificando por primera vez.
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El Museo Nacional de Cardiff planea conservar la pieza paleontológica para profundizar en los estudios. Sin embargo, se tuvo que obtener un permiso especial de Natural Resources Wales, de manera que pudiera ser removida legalmente. Podría ser, según las observaciones preliminares, que esta huella dé luz sobre un punto temprano en la evolución de estos animales prehistóricos. En un comunicado, el museo destacó lo siguiente:
«Su espectacular preservación puede ayudar a los científicos a establecer más información sobre la estructura real de sus pies, ya que la preservación es lo suficientemente clara como para mostrar almohadillas individuales e incluso impresiones de garras».
El hallazgo de Lily despertó curiosidad en toda la comunidad científica dedicada a la paleontología. Incluso, el grupo del sur de Gales de la Asociación de Geólogos lo denotó como «el mejor sitio en Gran Bretaña para huellas de dinosaurios del período Triásico«. La descripción no es casual: las huellas de dinosaurio así de antiguas son muy difíciles de ver, más aún cuando están cerca del mar. De ahora en adelante, es seguro que Barry Beach será un centro de investigaciones paleontológicas.
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