¿Una tortuga? Se le conoce como la “Bestia de Busco”. Nunca se logró identificar a la criatura detrás de los testimonios. Te contamos lo que se sabe.
Buscando, encontraremos incontables testimonios de personas que dicen haber visto criaturas que, de acuerdo a su criterio, eran inusuales para su entorno o tiempo. Incluso, hay quienes aventuran afirmaciones del tipo “estaba ante algo desconocido”. Un caso ampliamente difundido, sobre todo en el Medio Oeste de Estados Unidos, es el de la “Bestia de Busco”, un ser todavía no identificado que algunos creen que pudo ser una tortuga, pero que otros no ven factible esa explicación.
Sucedió en Churubusco, una pequeña población del estado de Indiana (Estados Unidos). Un granjero, de nombre Oscar Fulk, aseguró haber avistado a una enorme tortuga del tamaño de “un pequeño dinosaurio”. El año: 1898.
Cuando el granjero contó la anécdota nadie la creyó. Y así, pasaron 50 años sin más. Sin embargo, en 1948, dos hombres, Ora Blue y Charley Wilson, estaban pescando en el mismo lago donde Fulk dijo ver al animal, cuando alcanzaron a notar la presencia de una tortuga gigante deslizándose por la superficie del agua.
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Inmediatamente ambos testigos, quienes calcularon que el animal debía pesar 150 kilogramos, contaron su experiencia a Gale Harris, propietario del lago y de las tierras circundantes. De este modo, y recuperando lo que había pasado hace algunas décadas, los periódicos locales hablaron sobre el tema y bautizaron al animal no identificado como la “Bestia de Busco”.
¿Qué era?
El asunto adquirió una seriedad que sorprendió a los más escépticos, pues oleadas de buscadores descendieron a Churubusco con el anunciando propósito de hallar al extraño ser. Pese a los intentos, nunca se volvió a ver nada. De hecho, muchos lugareños dicen que no fue real.
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Si seguimos en línea de que esto sí pasó, los historiadores tienen la hipótesis de que pudo ser una tortuga caimán (Macrochelys temminckii), una de las más grandes de agua dulce. El gran problema con esta explicación, según sus detractores, es que en esa región de Estados Unidos no se dan los hábitats propicios para la especie, que son pantanos y grandes ríos.
El asunto no tiene todavía una explicación. Aunque, valga decir, la posibilidad de que fuera una mascota liberada se perfila como una de las posibilidades más convincentes.
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