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¿Qué incluía el menú de T. rex? A veces, otro T. rex

Esto es lo que sabemos sobre las comidas del ?rey tirano?.

¿Qué comía Tyrannosaurus rex? La respuesta obvia es: ?Lo que le diera la gana?. Sin embargo, los paleontólogos han encontrado algunas sorpresas sobre los hábitos alimentarios reales del carnívoro cretáceo.

El hallazgo más reciente consiste en raspaduras hechas hace 66 millones de años en el hueso de una extremidad de Tyrannosaurus encontrado en Wyoming, el cual fue presentado en la sesión anual de la Sociedad Geológica de Estados Unidos en Baltimore, Maryland este lunes. A todas luces, las raspaduras fueron causadas por un depredador grande con dientes serrados y el líder del estudio, Matthew McLain, afirma que el propio T. rex es el único carnívoro de la época capaz de provocar semejante daño.

No es la primera vez que acusan a T. rex de canibalismo. En 2010, Nicholas Longrich y sus colegas documentaron cuatro huesos de Tyrannosaurus marcados con rasgones y boquetes que solo pudieron ocasionar miembros de la misma especie. T. rex no desperdiciaba un buen pedazo de carne. Pero el dinosaurio no se deleitaba, exclusivamente, con los restos de su propia especie. Gracias a un rastro fósil de huesos fracturados y heces petrificadas, los paleontólogos ahora tienen una buena idea de lo que incluía el menú de T. rex. (Lee: Dinosaurios en México)

¡Rico!

Por desgracia ?o quizás, por fortuna para quienes tendrían que hacer los experimentos- no podemos ver a T. rex comiendo en tiempo real. Pero gracias a modelos computarizados y comparaciones anatómicas de T. rex y carnívoros modernos, los paleontólogos han podido determinar que la mordida del dinosaurio eran tan terrible como su aterradora sonrisa.

En un estudio de 2012 que analizó la fuerza de mordida de los depredadores prehistóricos, los investigadores calcularon que un T. rex adulto podía morder con una fuerza de hasta 57,000 newtons (5,800 kilogramos; los jóvenes ni siquiera le llegaban a los talones, con una mordidita insignificante de apenas 4,000 newtons o 400 kilogramos). Aunque no es la mordida más portentosa de todos los tiempos, parece que bastaba para despacharse a un Edmontosaurus o un Triceratops desprevenido.

Carne fresca

Algunos intentos fallidos demuestran que el ?rey tirano? no solo era carroñero, sino un depredador que perseguía presas vivas.

Aunque hay muchos huesos fósiles con marcas de mordidas ?frescas? que parecen haber sido hechas mientras T. rex comía ?como las encontradas en huesos de T. rex canibalizados y numerosos especímenes de Triceratops-, existen varios fósiles de Edmontosaurus con mordidas sanadas en el lomo.

Incluso uno de los Edmontosaurus lesionados tenía incrustada la punta de un diente de tiranosaurio. Si bien T. rex pasó hambre ese día, esos tropiezos son prueba de que el dinosaurio trataba de capturar comida viva.

A comer

Más allá de que T. rex derribara presas que se resistían o simplemente topara con un cadáver en descomposición, lo importante es que las evidencias fósiles y experimentales sugieren que el dinosaurio se alimentaba con una combinación de poder y precisión.

En 2010, David Hone y Mahito Watabe publicaron un artículo donde documentaban que un pariente cercano de T. rex, llamado Tarbosaurus, desbarataba delicadamente un cadáver de hadrosaurio. El depredador no se limitaba a rasgar carne y huesos en un espectáculo sangriento. Por el contrario, con mucha deliberación y cuidado, usaba sus mandíbulas para separar los músculos del hueso.

Por supuesto, debió ser bastante desagradable observarlo engullir aquellos pedazos de carne. No obstante, con sus brazos notoriamente cortos, T. rex era incapaz de llevarse la comida a la boca. Y tampoco podía masticar.

Lee: Hellboy, el dinosaurio recién descubierto

En vez de ello, el dinosaurio tragaba carne y hueso enteros, usando los poderosos músculos del cuello para echar atrás la cabeza y arrojar el bocado al fondo de su boca. Eso se conoce como ?alimentación inercial?, conducta que comparten las aves y los cocodrilos modernos. En un estudio de 2007, los científicos calcularon que los músculos del cuello de T. rex eran lo bastante fuertes para lanzar un bolo de carne de 50 kilos hasta 5 metros en el aire y atraparlo.

Y después, la salida

Los paleontólogos incluso saben un poco sobre lo ocurrido a las víctimas de T. rex cuando pasaban por su aparato digestivo. Además de las marcas de mordidas, las heces fósiles ?o coprolitos- proporcionan evidencias directas de lo que comían los dinosaurios y la rapidez con que digerían sus alimentos. Y al menos hay uno de T. rex.

El excremento fósil mide unos 45 centímetros de largo y alrededor de una tercera parte de su masa está compuesta de fragmentos de hueso. Las heces petrificadas sugieren que T. rex tenía un metabolismo relativamente rápido y un proceso digestivo corto, hallazgo que ha sido respaldado por un coprolito geológicamente más antiguo que pudo haber dejado otra especie de tiranosaurio, el cual contenía fragmentos de hueso y pedazos de músculo no digeridos.

T. rex necesitaba comer a menudo para sobrevivir y gracias a todos estos descubrimientos, podemos reconstruir aquellos momentos sangrientos con más claridad que nunca.

National Geographic

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