¿Podemos entrenar para ser felices? Pues parece que, en cierto sentido, si. Los científicos están comprendiendo cada vez mejor la felicidad. Sentirse feliz depende, en gran medida, de la percepción que nuestro cerebro hace de nuestras experiencias.
Dos personas que vivan la misma situación casi siempre reaccionan de manera diferente. Y eso es así por como cada cerebro interpreta esa realidad.
El patrón respiratorio, la manera en como respiramos, parece ser la manera más sencilla de incidir sobre como el cerebro interpreta esa realidad.
La ciencia lleva años estudiando la relación existente entre como respiramos, como sentimos y el funcionamiento del cuerpo.
El método Win Hoff.
Hay un tipo holandés conocido como “The iceman” por la gran cantidad de récords del mundo asociados a exposición a frío extremo que posee. Con su método de entrenamiento Win Hof entró en la zona de la muerte en el Everest, a 7400 metros de altura, vestido con sus zapatos y unos shorts. Con la misma vestimenta corrió
una maratón en el ártico sin siquiera haber entrenado. En otro de sus récords
consiguió permanecer cubierto de hielo durante más de 120 minutos.
¿Una excepción genética?
Su capacidad ha llamado la atención de la ciencia, que lleva estudiando su caso desde hace años. Hof es capaz de intervenir a voluntad en su sistema nervioso autónomo. Es capaz de adaptar su metabolismo para permitirle esas largas exposiciones a frío extremo. La ciencia pensaba que esto era imposible Estudio1 Los científicos pensaron que “The iceman” era una excepción genética pero él insistió en que su método se podía replicar en cualquier persona.
¿Su programa de entrenamiento?
De esta forma en 2013 se llevó a cabo un nuevo estudio . En este, 12 voluntarios recibieron el entrenamiento, basado fundamentalmente en una técnica muy concreta de respiración, meditación y exposición progresiva al frío. Pasados 10 días a los 12 participantes se les inyectó el virus de la gripe. Ninguno de ellos desarrolló la enfermedad. La ciencia acababa de demostrar que, con un entrenamiento basado en la respiración, podemos intervenir sobre nuestro sistema inmune y aumentar la respuesta de nuestro organismo ante un patógeno. Hasta ese momento la evidencia indicaba que eso no era posible.
El método Sky.
Win Hoff no es el único que ha conseguido resultados espectaculares con la respiración. Sistemas como el conocido SKY (Sudharsan Kriya yoga/serie de ejercicios de yoga respiratorio) han sido fruto de numerosas investigaciones . En ellas se ha visto como los pacientes con ansiedad o depresión tratados con esta técnica disminuyen sus niveles de cortisol en sangre, mejoran su estado de ánimo y aumentan su capacidad de atención y concentración.
Las técnicas más conocidas.
La ciencia lleva ya tiempo investigando la respiración y sus efectos sobre los estados de ánimo y como ayuda para regular los niveles de estrés y ansiedad. Las estrategias que describo a continuación han funcionado excelentemente bien en casos de estrés postraumático como los producidos por las víctimas del tsunami de 2004 (estudio) y con veteranos de la guerra de Vietnam (estudio) . En la actualidad estas son de uso común entre los profesionales de la psicología como apoyo a sus tratamientos convencionales.
Respiración abdominal.
Respirar con la parte baja del tórax provoca la proyección del abdomen. De ahí el nombre. Una manera fácil de aprender esta técnica es tumbarse boca arriba con un libro en el pecho y tratar de respirar sin que se mueva. El diafragma se ve obligado a moverse y se accede a la parte baja de los pulmones que normalmente no se usa. Así se incorpora mucho más oxígeno al torrente sanguíneo y aumenta la capacidad del cuerpo de eliminar toxinas.
Respiración relajante.
Muy apropiada para usarse ante una situación especialmente estresante. Se inhala con normalidad y se exhala en el doble de tiempo que se inhaló. Así se vaciaran completamente los pulmones. Puedes probar inhalando mientras cuentas mentalmente dos segundos y exhalas contando mentalmente 4 segundos.