Chinches: ¡cerca de tu cama!

Las personas toman medidas extremas para deshacerse de las chinches. Por su lado, éste insecto sólo necesita que estemos vivos.

Brooke Borel era una joven reportera de ciencia cuando su apartamento de Brooklyn quedó infestado de chinches. Tres veces. La experiencia le enseñó la manera en que las chinches pueden poner de cabeza la vida de las personas, y lo difícil que es deshacerse de ellas.

Para su nuevo libro, Infested: How the Bed Bug Infiltrated Our Bedrooms and Took Over the World (?Infestado: Cómo la chinche se infiltró en los dormitorios y tomó el control del mundo?), se embarcó en un viaje de descubrimiento para averiguar todo lo que pudo acerca de esta pequeña criatura perversa que ha atormentado a la humanidad, incluso desde antes de que tuviéramos camas.

Al hablar de su (desinfestado) departamento en Nueva York, la autora explica los orígenes de la chinche en cuevas de llenas de murciélagos, y de porqué su presencia está en aumento hoy en día, y ofrece consejos prácticos para aquellos lo suficientemente desafortunados como para ser uno de los infestados.

Cimex lectularius, también conocida como chinche, es una de las criaturas más repulsivas de la Tierra. ¿Qué atrajo a una buena chica como tú a este tema?

Bueno, yo tuve chinches en Nueva York tres veces, la primera vez en 2004. Soy una periodista científica, y la segunda y tercera vez, me interesé mucho en ellas y empecé a escribir notas breves sobre el tema. Al reportar aquello, me di cuenta de que había una oportunidad para trabajar en un proyecto más amplio debido a las historias que escuchaba de los entomólogos.

¿Qué les atrae de nosotros?

Les atrae el dióxido de carbono (CO2) en el aliento y el calor de nuestros cuerpos. Otros comedores de sangre, como el mosquito, se sienten atraídos por algunos otros de los cientos de químicos que emitimos, que también podrían ser detectados por las chinches. Las chinches sólo se alimentan de sangre, así que que no necesitan nada, sólo que vivamos.

Estas cosas no sólo son dolorosas ?es casi imposible quitárselas de encima, ¿verdad??. Cuéntanos sobre algunas medidas extraordinarias que la gente usa para resolver el problema.

Aun siguiendo las instrucciones de un servicio de control de plagas, es un proceso difícil que superar. Hay que llevar toda la ropa, incluida la de cama, a la lavandería, y lavar y secar a altas temperaturas. También es probable que se necesite utilizar insecticidas en aerosol, aunque éstos están funcionando cada vez menos, porque las chinches se han vuelto resistentes a muchos de los que podemos utilizar en nuestros dormitorios. (Lee: Que lave la bacteria)

Hay un antiguo tratamiento llamado polvo de piretro, que se originó en Irán, que utiliza pétalos de crisantemo triturados. Se trata básicamente de la versión sintética de los insecticidas que usamos en las habitaciones, llamada piretroide.

Hay tratamientos que involucran calor, porque las chinches mueren a altas temperaturas, de manera que se pueden colocar calentadores especiales en las casas o los departamentos. Tiene que tratarse cada habitación. Algunas personas también prueban métodos de calor por su cuenta, con calentadores que no estaban destinados a tal fin, y han puesto sus casas en llamas. También ha habido casos en los que la gente rocía alcohol tratando de matar a los bichos, encienden un cigarrillo y prenden fuego al inmueble. También hay quienes queman sus coches.

Otras personas se han envenenado a sí mismas, accidentalmente, con aerosoles de venta libre que pueden o no ser realmente eficaces contra las chinches. En un caso que conozco, un hombre mató accidentalmente a su esposa al colocar demasiados de estos productos antichinches. Es terrible lo que las personas hacen en su desesperacion.

La chinche, presumiblemente, ha estado con nosotros todo el tiempo que hemos tenido camas.

Probablemente más. Los insectos podrían remontarse a cuevas en algún lugar de la costa mediterránea. La última investigación sugiere que de eso hace ya unos 250,000 años. Originalmente vivían encima de los murciélagos, y luego nuestros antepasados buscaron refugio en cuevas.

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