El impulso agresivo que experimentan algunos al ver un animal o bebé adorable, puede estar relacionado con su salud emocional.
El primer paso es aceptar que tienes un problema. Un problema de ternura.
?Cuando algo nos parece adorable, ¿por qué sentimos el impulso de abrazarlo con fuerza y apretujarlo??, es la interrogante que Emily Tye, colaboradora de National Geographic, realizó al equipo de redacción. ?Me resulta peligroso, desde el punto de vista evolutivo?.
Emily: tranquila, no eres la única.
En un estudio de 2015, publicado en Psychological Science, la psicóloga Oriana Aragón y su equipo de la Universidad de Yale descubrieron que las personas que responden de manera extremadamente positiva a imágenes de lindos bebés también ?muestran expresiones agresivas más fuertes?, como el deseo de pellizcar sus mejillas.
Y hablando de pellizcar, otro experimento que fue parte del estudio halló que, al ver imágenes de tiernos animales bebés, los participantes reventaban más plástico de burbujas que cuando veían imágenes de animales adultos.
Eso demostró que si les daban la posibilidad de apretar algo mientras observaban las fotos, lo harían; con todo, Aragón enfatiza que no existía una intención real de dañar a los animales.
Lo bueno, lo malo y lo lindo
Entonces, ¿cómo se explica nuestro impulso de apretujar o mordisquear animales adorables?
Para algunos, la experiencia de una emoción intensa se acompaña de ?la expresión de lo que podría parecer una emoción contraria?, dice Aragón.
?Por ello, [podrías] derramar lágrimas de alegría, reír nerviosamente o tener el deseo de apretar algo que consideras irresistiblemente adorable?, aunque sea un animal que, normalmente, querrías abrazar o proteger.
La reacción secundaria también puede servir para ?confundir? y moderar la emoción abrumadora inicial, dando equilibrio a la persona.
Por ejemplo, el estudio de 2015 demostró que las personas con respuestas positivas y negativas concurrentes, recuperaban el equilibrio emocional más rápidamente.
Y si tienes a tu cargo algo adorable, eso es muy importante.
?Esas expresiones ayudan al individuo a recuperar el control de sus emociones intensas, así que permiten que el cuidador atienda adecuadamente [al animal o al bebé]? explica Aragón.
Sobrecarga de ternura
Mirar imágenes lindas también nos vuelve más atentos a los detalles, según un estudio de 2012 publicado en la revista PLOS ONE.
Esto se debe a que la ternura crea un sentimiento positivo asociado con una fuerte ?motivación de aproximación?, que es una acción precipitada por el deseo de un buen resultado, dice el líder del estudio Hiroshi Nittono, director del Laboratorio de Psicofisiología Cognitiva de la Universidad de Hiroshima, Japón (en adelante, hay que agradecer a Nittono y sus colegas por la justificación científica de tus ?descansos de animales lindos? en el trabajo).
?Es una actitud de ?ve y consíguelo??, explica Nittono y esos sentimientos pueden pasar, fácilmente, de positivo a negativo.
Por su parte, Nittono también duda que los impulsos negativos ante la ternura sean una agresión, porque la persona no desea lastimar al animal o al bebé.
Fotografías: Curiosos bebés animales
Por el contrario, el sentimiento secundario es más como repugnancia, o ?mantenerse apartado del objeto?, dice Nittono.
?Es un tipo de conducta que puede observarse en los niños?, agrega. ?Un varón que ama a determinada niña finge no interesarse en ella y trata de ignorarla?.
Vaya. Es una imagen tan tierna que no la resisto. . ¿En dónde está el plástico de burbujas?
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