El dinosaurio X, que apareció en nuestra edición de diciembre, ya tiene nombre (y forma).
En nuestra edición de diciembre apareció el artículo ?En busca del esquivo Dinosaurio X?, que da cuenta de los años de investigación, así como el trabajo de campo y de escritorio que llevaron a un equipo de paleontólogos a identificar una nueva especie de dinosaurio a partir de sus huesos fosilizados en La Quemada, Coahuila, México.
Se titula así porque, aunque la evidencia era sólida, de acuerdo con los protocolos de la ciencia, cualquier descubrimiento de este tipo no puede nombrarse hasta que el hallazgo sea sancionado por el jurado de una revista científica que vailda la investigación, compara con otros descubrimientos y, si todo está en orden, confirma el taxón y el nombre propuesto por los descubridores.
El equipo estaba en vilo a los a la espera del fallo de la revista. Si este no fuera favorable, el nombre del dinosaurio tendría que esperar y el caso, que había tenido 10 años en armarse, ser replanteado.
Hoy, por fin, podemos dar a conocer el nombre del nuevo ceratópsido mexicano, descubierto Héctor Rivera y Rubén Guzmán, con el apoyo del Museo del Desierto, en Coahuila, México. El 25 de enero de 2017, la revista Journal of South American Earth Sciences falló favorablemente y el dinosaurio X dejó su oscura referencia para llamarse Yehuecauhceratops mudei que significa ?antigua cara con cuernos del Museo del Desierto?. Yehuecauh es ?antiguo? en náhuatl y ceratops, ?cara con cuernos? en griego. Mudei hace referencia al MUDE.
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