Huesos, tejidos, y plumas demuestran que las alas de casi 100 millones de años de antigüedad son asombrosamente parecidas a las de las aves modernas.
Dos alas diminutas incluidas en ámbar revelan que el plumaje (las capas, el patrón, el colorido, y la disposición de las plumas) de las aves modernas ya existía en algunos de sus antepasados hace casi cien millones de años.
Un estudio de las alas modificadas descubiertas, publicado en Nature Communications, y financiado parcialmente por el Consejo de Expediciones de la Sociedad National Geographic, indica que es muy probable que pertenecieran a un ejemplar de Enantiornithes, grupo de dinosaurios aviares que se extinguió a fines del Cretáceo.
Esta punta de ala de casi 100 millones de años incluye huesos, tejidos blandos, y plumas conservados en ámbar. Tiene el sobrenombre de ?Ángel? porque estaba destinada a usarse en un dije llamado ?Alas de Ángel?. Foto: Ryan C. McKellar
?Alucinantes?
Aunque desde la década de 1990 suele aceptarse que muchos, o casi todos, los dinosaurios tenían plumas, hasta ahora nuestro conocimiento del plumaje prehistórico ha derivado de marcas de plumas en fósiles carbonizados formados por compresión, y de plumas individuales fosilizadas en ámbar.
No obstante, si bien las marcas de plumas en fósiles por compresión permiten observar cómo están distribuidas, habitualmente carecen de detalles finos y rara vez conservan información sobre el color, mientras que las plumas individuales fosilizadas en ámbar no pueden asociarse con el animal del que procedían originalmente.
Pueden verse la piel, los músculos, las garras y los raquis de las plumas, así como restos de filas de plumas con organización y microestructura similares a las de las aves modernas.
Las dos nuevas muestras descubiertas, que pesan apenas 1.6 y 8.51 gramos, contienen estructura ósea, folículos plumosos y tejidos blandos. Son las primeras muestras de plumaje cretáceo en estudio que no consisten de simples plumas aisladas, informa Lida Xing, coautor de la investigación en la Universidad de Geociencias de China.
?El mayor problema que enfrentamos con las plumas incluidas en ámbar es que, por lo general, obtenemos fragmentos pequeños o plumas aisladas, y nunca estamos muy seguros de qué animal las produjo ?explica el coautor Ryan McKellar, curador de paleontología de invertebrados en el Museo Real de Saskatchewan, Canadá-. Rara vez conseguimos algo como esto. Son alucinantes?.
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Plumas familiares
Un estudio radiológico con microtomografía computarizada reveló que ambas muestras pertenecían a animales jóvenes, a juzgar por el tamaño del hueso y la etapa de desarrollo. Y las semejanzas de la estructura ósea y proporción, así como algunas características del plumaje, sugieren que posiblemente pertenecieron a la misma especie.
Para los científicos, el atractivo del ámbar birmano estriba en que probablemente contiene la mayor variedad de vida animal y vegetal del período Cretáceo.
En ambas muestras pueden verse la piel, los músculos, las garras y los raquis de las plumas, así como restos de filas de plumas de vuelo primarias asimétricas, plumas secundarias, y plumas coberteras. Todas presentan organización y microestructura similares a las de las aves modernas.
Aunque las plumas parecen negras a simple vista, el análisis microscópico reveló que las plumas de vuelo eran eminentemente de color marrón oscuro, mientras que las plumas coberteras variaban del marrón un poco más claro hasta franjas plateadas o blancas.
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Las minas del Valle de Hukawng, en Birmania, son una fuente valiosa de ámbar del periodo Cretáceo, muy valorado por su valor estético y también por la información científica que preserva. Foto: Mo Li
Una fuente de fósiles abundante en una región conflictiva
La mayoría de los fósiles en ámbar birmano procede de las minas del Valle de Hukawng en el Estado Kachin, al norte de Birmania (Myanmar). Hoy día, dicho valle se encuentra bajo el control del Ejército para la Independencia Kachin, que ha estado en conflicto intermitente con el gobierno birmano desde hace más de 50 años.
Debido al conflicto, la extracción y venta de ámbar birmano no está regulada, y la mayor parte del material se vende a consumidores chinos que lo utilizan en joyería y tallas decorativas.
Una muestra de ala recibió el sobrenombre de ?Ángel?, porque un diseñador de joyas la había destinado para un dije que llamó ?Alas de Ángel?. Xing y su equipo obtuvieron las muestras de alas fosilizadas que utilizaron en el estudio en un conocido mercado de ámbar en Myitkyina, la capital del Estado Kachin.
Para los científicos, el atractivo del ámbar birmano estriba en que probablemente contiene la mayor variedad de vida animal y vegetal del período Cretáceo, explica David Grimaldi, curador de zoología de invertebrados en el Museo Estadounidense de Historia Natural.
?Casi 70 por ciento del ámbar birmano está vacío, pero el 30 por ciento restante contiene una biodiversidad fenomenal ?asegura Grimaldi-. Nunca, jamás habría anticipado este grado de diversidad?.
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Preciado para la ciencia, impuro para los consumidores
Ya que casi todo el ámbar birmano se utiliza en joyería y esculturas, la mayoría de las inclusiones fósiles ?como insectos y plantas- se considera impurezas que reducen el valor de la pieza terminada. Durante el pulido, los fósiles pueden destruirse parcial o completamente. Y además, la relativa oscuridad de las inclusiones en el interior del ámbar, de por sí oscuro, puede dificultar su detección antes de cortar o pulir la muestra, señala McKellar.
Con todo, las plumas incluidas en el ámbar birmano son muy apreciadas por su rareza y belleza, de manera que cortan y pulen las muestras para resaltar el valor estético del plumaje prehistórico, mas no hacen esfuerzos para preservar tanto como sea posible del espécimen contenido.
El equipo de Xing dio el sobrenombre de ?Ángel? a la más pequeña de las dos muestras de alas fosilizadas que estudiaron, porque un diseñador de joyas la había destinado para un dije que llamó ?Alas de Ángel?. Cuando los investigadores analizaron el fósil, observaron superficies de ala cortada que afloraban directamente en la superficie del ámbar. Esto sugería que fue desprendida de una inclusión de ámbar más grande, la cual pudo haber incluido a todo el espécimen aviar primitivo.
Pese a ello, Xing recuerda que al hacer el análisis por microtomografía se sintió muy emocionado: lo que vio no eran solo plumas individuales, sino múltiples plumas asociadas con la estructura ósea de un ala de casi 100 millones de años.
?Es un ángel de verdad?, concluye el investigador, con orgullo.
Los planes a futuro de Xing incluyen establecer un instituto donde los investigadores que operan en los mercados de Myitkyina puedan buscar inclusiones en el ámbar procedente de las minas del Cretáceo, y conservar en Birmania las muestras con valor de investigación, para estudiarlas en colaboración con universidades locales.
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