De acuerdo con los científicos, lo que ocurre en el Atlántico es un problema subestimado que tiene, de hecho, grandes consecuencias.
La ralentización de la circulación del vuelco meridional del Atlántico (AMOC, por sus siglas en inglés) está afectando a las corrientes de ese océano. Con dicho motivo, el 21 de octubre de 2024, 44 oceanógrafos de 15 países publicaron una carta abierta en la que piden medidas urgentes, pues consideran que el problema del Atlántico se ha subestimado, cuando tiene todas las posibilidades de traer consigo repercusiones devastadoras e irreversibles para la Tierra.
El problema que conlleva esta situación afecta sobre todo al Atlántico Norte. Resulta que con estos cambios que está experimentado el océano, podría alterarse la sana circulación que lleva nutrientes, oxígeno y calor desde las aguas tropicales hacia el norte, a la vez que desplaza agua fría hacia el sur.
El sitio especializado, Live Science, tuvo la oportunidad de entrevistar al principal organizador de la carta, Stefan Rahmstorf, oceanógrafo del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (Alemania). El especialista dio a conocer qué implicaciones puede haber por lo que está pasando en el Atlántico. Esto dijo.
Las consecuencias
De acuerdo con el experto, hay varios impactos relacionados a lo que sucede en el océano mencionado, siendo, el más sonado de ellos, el enfriamiento en torno al Atlántico Norte.
Eventualmente, esta problemática, que ya presenta signos, hará que lugares como Irlanda, Escocia, Escandinavia e Islandia se hagan varios grados más fríos y secos.
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“Esto aumentaría el contraste de temperaturas en Europa, ya que el sur seguiría siendo cálido y el norte frío. Estas diferencias de temperatura provocan fenómenos meteorológicos extremos, con mucha más variabilidad y tormentas. El nivel del mar también aumentaría hasta medio metro en el Atlántico norte, además de la subida media global que ya se está produciendo”, dijo Stefan Rahmstorf.
Si se detiene este proceso en el Atlántico también tendríamos una mala noticia para la pesca, dice el experto. Pasa que la AMOC lleva oxígeno hasta las profundidades del océano, por ello, si se interrumpe, igualmente se daña toda la red de la vida en el Atlántico Norte. La pesca, entre otras cosas, se vería afectada.
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A todo esto, y como último punto, hay que sumar que la absorción de dióxido de carbono, por parte del océano, estaría mermando. Y es que la AMOC sirve de igual modo para transportar el CO2 al fondo oceánico. Si la circulación se detiene, el CO2 permanecerá cerca de la superficie y se equilibrará rápidamente con la atmósfera, cosa que haría más fuerte la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera.
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