Un meteorito, un rayo o desde las aguas: diversas hipótesis han intentado explicar a lo largo de la historia cómo surgió la vida en la Tierra.
En el fascinante rompecabezas del origen de la vida en la Tierra, varias hipótesis emergen desde la ciencia para intentar explicar cómo inició todo. Las teorías proponen distintos escenarios que desentrañan el nacimiento biológico de los primeros signos de vida, que surgieron hace unos 3,500 millones de años en un planeta que en ese entonces era caliente e inhóspito.
Hace unos 4.600 millones de años, la Tierra se formó. Durante cientos de millones de años, la superficie era hostil debido al calor y a impactos cósmicos. Sin embargo, alrededor de mil millones de años después, la vida no solo existía, sino que también dejaba evidencia en forma de esteras microbianas fosilizadas.
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La vida en la Tierra llegó desde el espacio exterior
Científicos han sugerido que los aminoácidos, moléculas fundamentales para la vida, así como otros componentes como el carbono y el agua, podrían haber llegado a la Tierra primitiva desde el espacio exterior a través de meteoritos o cometas.
Una investigación demostró que los compuestos orgánicos complejos se formaban fácilmente en condiciones similares a las que probablemente existieron en el sistema solar primitivo durante la formación de muchos meteoritos. Por lo tanto, estos cuerpos podrían haber actuado como las naves espaciales que transportaron las semillas moleculares a nuestro planeta. En 1969, el meteorito Murchison que cayó en Australia contenía docenas de aminoácidos diferentes, los bloques de construcción esenciales de la vida.
Un rayo trajo la vida al planeta
En 1953, Stanley Miller y Harold Urey llevaron a cabo un influyente experimento sobre el origen de la vida. Simularon las condiciones atmosféricas primordiales, creando una mezcla de moléculas de hidrógeno, metano y amoníaco, que constituían la atmósfera temprana de la Tierra. Sometieron esta mezcla a descargas eléctricas para representar la actividad de un rayo, generando un ambiente propicio para reacciones químicas.
Después de unos días, observaron la formación de aminoácidos, los componentes fundamentales de las proteínas y de la vida. El experimento proporcionó evidencia de que en condiciones similares a las de la Tierra primitiva, las moléculas orgánicas esenciales para la vida podían surgir espontáneamente. Sin embargo, estudios posteriores demostraron que la atmósfera primitiva del planeta era diferente a la del experimento, y que los componentes principales eran nitrógeno y dióxido de carbono, con cantidades menores de hidrógeno y metano.
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El agua germinó la vida en la Tierra
“La receta (para la vida) consta de una fuente constante de energía, compuestos orgánicos y agua”, menciona un artículo de la Universidad de Chicago. Y es justamente en el agua, en lo profundo del mar, donde sobreviven microorganismos en condiciones adversas y que han llevado a la formulación de otra hipótesis.
Los microorganismos prosperan en ambientes extremos, como aguas termales altamente ácidas e hirvientes en Islandia, Noruega y Yellowstone. El contacto entre el agua de mar y el magma en el fondo del océano crea respiraderos en forma de chimenea, generando corrientes de humo sobrecalentadas. Los organismos que habitan cerca de estos respiraderos han llevado a algunos científicos a sugerirles como posibles lugares de origen de las primeras formas de vida en la Tierra.
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