Los ingenieros de la industria automotriz alistan los reemplazos de los botones y las palancas.
Suena el teléfono conectado con el auto, pero Marcus Behrendt no tiene ganas de contestar. Algo nervioso mueve su mano como si quisiera espantar una mosca, y así la llamada cesa. El ingeniero de BMW está sentado en el nuevo modelo de la Serie 7, uno de los primeros vehículos fabricados en serie con reconocimiento de gestos.
Una cámara en el techo mira a los ocupantes del coche y reconoce cuatro gestos definidos como el de agitar la mano para rechazar una llamada y el de una señal con el dedo en el display para aceptarla.
"Con ello conseguimos una especie de lenguaje adicional que complementa a los anteriores de pantalla táctil, instrucciones por voz e interruptores clásicos", explica Behrendt. Esta tecnología está de moda, ya que en todas las firmas los ingenieros trabajan en nuevos sistemas para ahorrar palancas y botones y para controlar las numerosas funciones adicionales.
Cada vez más se experimenta con gestos comunes para suplir los reguladores y botones convencionales. Es el caso de un prototipo del Volkswagen Golf que abre el toldo con un gesto sobre el hombro o el de Jaguar o Bentley, en los que se enciende la iluminación interior con sólo apuntar con el dedo a la luz. También en Kia se puede controlar el volumen de la radio haciendo el gesto de girar una ruleta con la mano.
Sin embargo, no es tan fácil como parece. Por un lado se necesita la costosa tecnología de sensores de reconocimiento o cámaras, explica Dörte Eimers-Klose, del fabricante de suministros Bosch. Y por otro se debe acordar un lenguaje de gestos inequívoco.
Ver qué funciones se pueden gestionar con gestos y qué señales con los dedos requieren numerosas pruebas en diversos países, según el ingeniero de BMW Behrendt. "Porque los gestos no sólo deben ser intuitivos y fácilmente reconocibles, sino que deben tener un significado similar en todas las culturas, ya que no siempre el mismo gesto significa lo mismo en todas partes", agrega.
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El problema con la compleja tecnología de reconocimiento se resuelve con novedosos sensores como el que por ejemplo la empresa fabricante de chips Infineon está probando junto a Google. En lugar de cámaras, el movimiento de la mano es captado con un sensor-radar situado en la muñeca que, por ejemplo, podría ser integrado en los relojes usados para el fitness, según la compañía.
Seat deja a los usuarios programar sus propios gestos con los dedos para que la interpretación sea correcta. Para ello se requiere una pantalla táctil, una App especial y acoplar el teléfono de tal manera que cada gesto se aplique a una función, según explica Inés Casanovas, portavoz de la firma española. "Si M es para ‘mamá’ se puede dibujar una M en la pantalla y el coche directamente establece una conexión teléfonica con casa", afirma.
Aunque la gestión por gestos será la gran tendencia los próximos años, como la tecnología se está insertando muy lentamente en la producción en serie, otra tendencia aparece en el horizonte: identificar a través de cámaras la mirada del conductor y responder así a sus órdenes. Así, basta con mirar suficientemente un botón para que esa función se active.
Sea cual sea la tecnología que llegue antes no suplirá rápidamente a la ya existente, según Sajjad Khan, máximo responsable de electrónica, conexión y telemática en Daimler. "Por muy buena que sea la gestión por gestos, por voz o por mirada, siempre habrá situaciones en las nos seguiremos entendiendo mejor con otros sistemas", afirma convencido. "La gran tarea es por ello introducirlas sin dejar las otras y que el sistema de mando, a pesar de todo, sea cada vez más sencillo y facil de abarcar", afirma Khan.
Esto lo han entendido incluso los simplificadores más radicales como la compañía Apple, dice Khan, que como prueba saca su iPhone del bolsillo. Aunque el teléfono inteligente es el principal precursor de la pantalla táctil, el teléfono ofrece otros comandos más allá de la pantalla, como el "home button", las teclas laterales para el volumen y la gestión de voz con el sistema de ayuda Siri.
"Algo similar se verá en el coche", prevé Khan. "Llegarán quizás cada vez más nuevas posibilidades y por ello desaparecerán un par de botones, pero siempre sobrevivirán algunos", añade.