“Rocas vivientes”, encontradas en un ecosistema de Atacama, pueden ser valiosas en las investigaciones en torno al origen de la vida.
No hay duda de que entre las cuestiones más difíciles de resolver y, al mismo tiempo, de las más interesantes es saber cómo surgió la vida en la Tierra. El asunto se reviste con especial atractivo, además, porque hasta el momento solo este planeta ha mostrado la presencia del increíble fenómeno. Por eso resulta tan relevante que un equipo de científicos haya dado con signos de las primeras formas de vida en un ecosistema de la puna de Atacama, Argentina.
Ese desierto, que además es conocido como el más seco del mundo, alberga un ecosistema compuesto por lagunas de aguas claras y saladas cuyos fondos están cubiertos de montículos de estromatolitos, estructuras minerales bioconstruidas.
El geólogo Brian Hynek, de la Universidad de Colorado, y la microbióloga argentina María Farías son los responsables de este hallazgo. Ellos encontraron el ecosistema en cuestión mientras revisaban imágenes satelitales del desierto de Atacama. Las observaciones detalladas se prolongaron por más de un año, pero gracias a ellas los científicos encontraron manifestaciones de las primeras formas de vida.
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Al detectar las lagunas en las imágenes satelitales, los investigadores emprendieron un viaje hasta la zona con el fin de ver directamente lo que, ya apostaban, podría ser un hallazgo de enorme valor biológico.
Rocas con vida
Volviendo a los estromatolitos, estas formaciones figuran como la evidencia fósil más antigua de la vida en la Tierra, ya que sus orígenes están ubicados en un periodo de hace, al menos, 3 mil 500 millones de años. Sumemos que estas “rocas con vida” ayudaron a que el oxígeno prospera en nuestro planeta y, con ello, a que la vida comenzará a evolucionar.
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María Eugenia Farías explica, a la BBC, que, ya en un planeta con oxígeno, explotó la vida de los eucariotas: «Surgieron las plantas y los animales que se comieron y desplazaron a los estromatolitos».
Aún se puede revelar mucho con el apoyo de esas antiguas estructuras, por los ambos investigadores planean regresar a Atacama próximamente.
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