Las sorpresas del mundo de los dinosaurios.
A estas alturas es muy probable que hayas oído hablar del ?raptor? gigante desenterrado en Dakota del Sur. El descubrimiento del dinosaurio fue bastante sorprendente porque, desde hace un siglo, Tyrannosaurus rex ha ocupado nuestra imaginación como el único superdepredador de la Formación Hell Creek; sin embargo, Dakotaraptor steini, nombre que Robert DePalma y coautores dieron al dinosaurio, era lo bastante grande para competir por presas con tiranosaurios jóvenes.
Mientras escenas de la franquicia ?Parque Jurásico? atizan nuestra imaginación, resulta tentador visualizar manadas de Dakotaraptor de 5.5 metros acosando al voluminoso campeón de peso pesado, T. rex, para robarle sus víctimas. DePalma incluso sugirió algo así, cuando describió a Dakotaraptor como ?la cosa más letal que podrías meter en el ecosistema Hell Creek?.
Pero antes de entusiasmarte y ordenar murales de raptores gigantes arrancando la carne de Tyrannosaurus al estilo de los cómics Age of Reptiles, vale la pena que pienses en cómo fue, realmente, el mundo de los dinosaurios.
Con Dakotaraptor, la diversidad de dinosaurios conocidos en la Formación Hell Creek aumenta en una especie nueva. Y encontrar una especie nueva significa que debió haber una población de esos grandes dromeosáuridos corriendo por allí, y que los paleontólogos no la habían detectado hasta ahora (aunque, por el momento, la hipótesis de una manada de raptores cooperativos se basa solo en la más tenue de las evidencias). Mas eso no quiere decir que donde hubo Tyrannosaurus, también hubo Dakotaraptor. Me refiero a un concepto que los ecologistas llaman uniformidad de especies.
Demos un vistazo de dinosaurio aviario a los carnívoros de la Formación Hell Creek. Primero cubriremos a Tyrannosaurus. Conocemos a este dinosaurio gracias a 50 esqueletos, entre parciales y completos, hallados en rocas de 68 a 66 millones de años descubiertas desde Saskatchewan hasta Nuevo México, por lo menos. En cambio, de Dakotaraptor solo tenemos un adulto parcial que encontraron cerca de la parte superior de la Formación Hell Creek en Dakota del Sur, así como un puñado de elementos aislados procedentes de la misma zona.
Por supuesto, el registro fósil no es imparcial. Lo que está preservado en roca no es un registro perfecto de la vida como fue originalmente, y hay otras razones por las que Dakotaraptor es muy raro. Quizás el dinosauro no tenía el tamaño correcto para preservarse con tanta frecuencia como Tyrannosaurus. Tal vez ya habían descubierto sus dientes y otras partes, pero no fue posible determinar que pertenecían a un raptor gigante sino hasta ahora. O posiblemente, el mercado comercial de fósiles se robó algunos de los huesos más relevantes y por ello, se volvieron inaccesibles a los paleontólogos.
Hallazgos futuros aclararán lo que sabemos sobre la abundancia y distribución de Dakotaraptor. Pero, ¿y si tardamos demasiado en encontrar a este depredador porque era un animal verdaderamente raro, con un territorio relativamente limitado? Es decir, en términos de uniformidad de especies, la propagación actual de lo que conocemos está muy desequilibrada. Tyrannosaurus era en extremo abundante y diseminado, en tanto que Dakotaraptor parece muy esquivo, aun para el estándar de un dinosaurio de tamaño mediano.
Esto no es un punto en contra de Dakotaraptor. Todo lo contrario. Si la rareza del dinosaurio no se debe a un sesgo del registro fósil o a un problema de muestreo, entonces es posible que Dakotaraptor termine arrojando nueva información sobre la ecología de la Formación Hell Creek.
Esto no es un punto en contra de Dakotaraptor. Todo lo contrario. Si la rareza del dinosaurio no se debe a un sesgo del registro fósil o a un problema de muestreo, entonces es posible que Dakotaraptor termine arrojando nueva información sobre la ecología de la Formación Hell Creek.
Hasta ahora, parecía que los carnívoros de la Formación Hell Creek estaban muy divididos. No existía un gradiente entre los pequeños y los colosos, como en la Formación Morrison del Jurásico Tardío, sino una enorme brecha entre pequeños mordedores como Acheroraptor y el gigante solitario, Tyrannosaurus. Y lo que quedaba en medio eran Tyrannosaurus jóvenes, ágiles y de largas piernas, con mandíbulas mejor adaptadas para arrancar carne que para propinar mordidas trituradoras.
Dakotaraptor cambia la escena. Al menos hubo un depredador mediano capaz de evolucionar y sobrevivir en el dominio de Tyrannosaurus. No obstante, Dakotaraptor pudo ser muy esquivo porque Tyrannosaurus mantenía una presencia desproporcionada en el paisaje o tal vez, porque Dakotaraptor vivía en ambientes de tierras altas que no se preservaron tan frecuentemente como las tierras bajas y húmedas que frecuentaba Tyrannosaurus. De modo que aunque es posible, incluso probable, que Dakotaraptor y los jóvenes Tyrannosaurus se enfrentaran, ocasionalmente, para competir por cadáveres, no parece que la Formación Hell Creek represente una época de constantes alaridos, rugidos y plumas erizadas.
No es la primera vez que la cuenta de dinosaurios carnívoros produce un resultado desigual. Por ejemplo, en la Cantera de Dinosaurios Cleveland-Lloyd del Jurásico Tardío, se han desenterrado restos de al menos 48 Allosaurus, mientras que el mismo sitio solo ha producido un Ceratosaurus, unos cuantos huesos de Torvosaurus y menos de diez carnívoros medianos Marshosaurus y Stokesosaurus. Y este patrón persiste en una perspectiva más amplia y general. En la Formación Morrison, Allosaurus era el carnívoro grande más común, seguido de lejos en cantidad y distribución por Ceratosaurus, y después por Torvosaurus, Stokesosaurus y Marshosaurus, que eran mucho más raros y restringidos. De suerte que, con una cuenta de al menos cinco, podemos afirmar que la parte superior de la Formación Morrison contenía una variedad diversa de dinosaurios carnívoros medianos y grandes, pero las cifras no guardaban uniformidad alguna.
No se ha esclarecido porqué los diferentes dinosaurios estaban distribuidos de manera desigual en un hábitat o en una formación determinada. Es difícil estudiar un ecosistema que ha estado muerto desde hace 66 millones de años, por lo menos. Las respuestas podrían variar desde cómo muestreamos el registro fósil hasta casos de partición de nichos, como preferencias de hábitat o búsqueda de fuentes de alimento particulares. Hay muchas rocas por mover y dinosaurios por contar. Pero si queremos entender completamente a los dinosaurios, tenemos que dejar atrás las peleas de carnívoro vs. carnívoro que imaginábamos en la niñez y tratar de comprenderlos como animales que formaban parte de ecosistemas en constante cambio. Los dinosaurios no eran monstruos que rondaban escenarios sin importancia. La finalidad de rescatar sus huesos es visualizar cómo encajan en mundos perdidos.
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