Hace 40 mil años, los neandertales se extinguieron y el Homo sapiens se convirtió en el único humano en la Tierra, en parte gracias a esta habilidad.
Hace dos décadas, la idea de que los neandertales eran criaturas primitivas, con un comportamiento más parecido al del resto de homínidos que al del Homo sapiens, se consideraba una certeza en el camino de la evolución humana.
Sin embargo, la secuenciación del genoma neandertal y los hallazgos más recientes demuestran que en realidad, se trataba humanos ampliamente parecidos a nosotros: además del largo historial de apareamiento y reproducción entre Homo sapiens y neandertales al cabo de miles de años, los restos de esta especie humana demuestran que desarrollaron armas para cazar a distancia, realizaron pinturas rupestres e incluso enterraban a sus muertos.
No obstante, el camino de la evolución tomó un derrotero decisivo hace 40 mil años, cuando los neandertales desaparecieron en circunstancias que aún no están del todo claras, mientras el Homo sapiens confirmó su expansión por Eurasia y el resto del mundo.
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Una nueva investigación al respecto sugiere que entre todos los factores que sumaron a la consolidación del Homo sapiens, un grupo de 267 genes responsables de la creatividad humana jugaron un papel crucial en la supervivencia de nuestra especie.
La investigación realizada en conjunto por la Universidad de Granada, el Museo Americano de Historia Natural y la Universidad Washington en St. Louis, descubrió un grupo de 267 genes hallados en Homo sapiens y ausentes tanto en neandertales como en chimpancés, que forman una red cerebral compleja encargada de controlar habilidades únicas, como la creatividad, la conciencia de sí y el comportamiento cooperativo.
El estudio publicado en Nature Molecular Psychiatry descubrió que estos genes se encuentran en regiones del cerebro relacionadas con la creatividad y la salud, dos características que influyeron en habilidades cognitivas que a su vez, otorgaron ventajas únicas a nuestra especie para asegurar su supervivencia.
Con un sentido de creatividad superior, surgió el desarrollo tecnológico que propició la creación de herramientas y el planteamiento de nuevas alternativas para resolver problemas. Esta habilidad, combinada con la cooperación entre individuos y el altruismo, estimuló el pensamiento crítico, un pilar que permitió la resolución de conflictos y la flexibilidad de comportamientos sin poner en riesgo el bienestar del colectivo.
A la postre, este conjunto de nuevas habilidades llevó a nuestra especie a “vivir vidas más largas a través de una mayor resistencia al envejecimiento, las lesiones y las enfermedades que los homínidos ahora extintos”, explican los autores del estudio.
El hallazgo se suma a los distintos planteamientos que tratan de explicar el desarrollo de la capacidad cognitiva del Homo sapiens y al mismo tiempo, especulan con la posibilidad de que su expansión en Eurasia provocara la desaparición de los neandertales.
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