Se espera que ocurra este 30 de abril, tras un viaje de más de seis años y medio.
La nave que la NASA puso en marcha en el 2004 para estudiar Mercurio, posiblemente impactará dicho planeta el 30 de abril, luego de perder su propulsor, dijo la agencia espacial.
La nave Messenger se estrellará contra la superficie del planeta a 12,000 kilómetros por hora y en el lado más alejado de la Tierra, por lo que no será posible ver en tiempo real la ubicación exacta del impacto, dijo la NASA.
Recientemente, los operadores de la misión completaron una serie de maniobras de corrección de órbita, diseñadas para retrasar el impacto de la nave en la superficie de Mercurio, mientras la última maniobra será efectuada el viernes 24 de abril.
?Por primera vez en la historia, tenemos un conocimiento real del planeta, que muestra que es un mundo fascinante?, expuse John Grunsfeld, administrador asociado del Directorio de Misiones Científicas de la NASA en Washington.
Aunque Mercurio es uno de los vecinos planetarios más cercanos de la Tierra, el planeta era un misterio casi absoulto antes de la llegada de la misión Messenger.
La nave viajó más de seis años y medio antes de entrar en órbita alrededor de Mercurio el 18 de marzo de 2011. El primer objetivo fue orbitar el planeta y recoger datos durante un año terrestre.
Un hallazgo clave en 2012 respaldó la hipótesis de que Mercurio alberga abundante agua congelada y otros materiales volátiles en sus cráteres polares permanentemente en sombra. Los datos indicaron que el hielo en las regiones polares de Mercurio sería de más de dos kilómetros de espesor. Con ello, por primera vez los científicos comenzaron a ver con claridad un capítulo en la historia de cómo los planetas interiores, incluida la Tierra, adquieren el agua y algunos de los componentes químicos básicos para la vida.
Una capa oscura que cubre la mayor parte de los depósitos de hielo de agua apoya la teoría de que los compuestos orgánicos, así como el agua, llegaron desde el exterior del sistema solar hasta los planetas interiores y pueden haber dado lugar a la síntesis química prebiótica y, en consecuencia, a la vida en la Tierra.
Además de los descubrimientos de la ciencia, la misión proporcionó diversas novedades tecnológicas incluyendo el desarrollo de una sombrilla resistente al calor y altamente reflectante que aisló instrumentos y aparatos electrónicos de la nave espacial ante la radiación solar directa -vital para el éxito de la misión dada la proximidad de Mercurio al Sol-. La tecnología ayudará a futuros diseños para otras misiones planetarias.
La imagen de este artículo muestra la superficie de Mercurio, cortesía de NASA/Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory/Carnegie Institution of Washington.