Un equipo de especialistas lleva a cabo una nueva ronda de escaneos con radar, incrementando el rigor científico para probar una teoría de que hay cámaras ocultas detrás de las paredes de la tumba.
Después de diez horas de nuevos escaneos con radar en la tumba de Tutankamón, el Ministro de Antigüedades Khaled El-Anani convocó a un ?debate internacional? mientras los arqueólogos prosiguen la investigación de posibles cámaras ocultas detrás de las paredes de la cámara mortuoria del rey. Otros funcionarios señalaron la presencia de ?algunas anormalidades? en las lecturas iniciales de los datos, pero insistieron en la cautela y en emprender estudios ulteriores.
Durante una conferencia de prensa en el Valle de los Reyes, el ministro, quien fue designado al cargo hace apenas nueve días, dijo sin rodeos: ?No podemos hablar de resultados en este momento?.
El funcionario espera que sea necesaria, al menos, una semana para analizar los datos, los cuales han sido enviados a expertos de Egipto y Estados Unidos. El-Anani también invitó a los eruditos de todo el mundo a que participen en una conferencia sobre Tutankamón que se celebrará el próximo mes en El Cairo, donde el funcionario desea escuchar los distintos puntos de vista sobre la tumba. ?No estamos buscando cámaras ocultas ?declaró-. Estamos buscando la realidad y la verdad?.
La investigación actual inició con un provocador artículo, publicado en julio pasado por el egiptólogo británico Nicholas Reeves, quien argumentó que la tumba de Tutankamón podría, de hecho, contener el enterramiento de Nefertiti, aún sin descubrir. Nefertiti es considerada, generalmente, como la madrastra de Tutankamón, y en años recientes ha crecido el consenso de que ella le precedió como faraón.
Sin embargo, los egiptólogos tienden a mostrarse escépticos en cuanto a que su cuerpo yace detrás de las paredes de la tumba de Tutankamón, pues hasta ahora no hay pruebas físicas reales de que algún individuo específico ocupara cámaras ocultas. Con todo, la posibilidad de dichas cámaras se basa en imágenes de alta tecnología. El punto de partida para la teoría de Reeves fue una serie de escaneos láser, los cuales mapearon la textura de la cámara mortuoria de Tutankamón con un detalle sin precedentes, revelando una serie de líneas rectas que podrían indicar pasajes y puertas encaladas en las paredes norte y oeste.
El mes pasado, Mamdouh Eldamaty, el ministro de Antigüedades anterior, declaró que estaba ?90 por ciento? seguro de que existían esas cámaras. Sus comentarios se sustentaron en una serie de escaneos con radar realizados en noviembre pasado por Hirokatsu Watanabe, especialista japonés en radar, quien también dijo que había detectado evidencias de objetos ?orgánicos? y ?metálicos? detrás de las paredes.
Desde entonces, las afirmaciones de Watanabe han sido criticadas por varios expertos en radar y egiptólogos. ?El radar no es ciencia ?dijo Zahi Hawass, ex ministro de Antigüedades y uno de los eruditos egipcios más influyentes, la semana pasada-. El radar es arte?. Hawass ha sido particularmente crítico de la teoría de Reeves, exigiendo una investigación más minuciosa.
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Los escaneos con radar de esta semana pretendían crear un conjunto de datos más completo para someterlos a la revisión de los especialistas.
A partir de las cinco de la tarde, después que el Valle de los Reyes fue cerrado al turismo, un equipo patrocinado por la Sociedad National Geographic trabajó toda la noche para llevar a cabo más de 40 escaneos individuales.
Escanearon las paredes en cuestión a cinco alturas distintas, alternando dos antenas de radar con frecuencias de 400 y 900 megahercios, respectivamente.
?Una era para percepción de profundidad, y la otra para percepción de rasgos?, informó Eric Berkenpas, ingeniero eléctrico de National Geographic, quien fue acompañado por Alan Turchik, ingeniero mecánico.
Escenas de dramatismo
Desde que se hizo pública la teoría de Reeves, la tumba, que fue descubierta con bombo y platillos en 1922, por Howard Carter, de pronto se ha convertido en el sitio de nuevas escenas de dramatismo. En los últimos seis meses, diversos especialistas han trabajado frente a la misteriosa escena pintada en la pared norte, la cual domina la tumba como el telón de fondo de una obra teatral.
?No estamos buscando cámaras ocultas. Estamos buscando la realidad y la verdad?.
Khaled El-Anani, Ministro de Antigüedades
En noviembre pasado, Watanabe, un septuagenario con más de 40 años de experiencia con radares, trabajó solo, describiendo en japonés los rasgos percibidos en la tumba, mientras empujaba el radar adaptado sobre el suelo.
Pero la escena del jueves tuvo una sensación completamente distinta: Berkenpas y Turchik son treintañeros, y entre los dos son seis años más jóvenes que Watanabe. Antes de viajar a Egipto, probaron su equipo escaneando columnas de piedra del Arboreto Nacional de Washington , D.C. El escáner de última generación SIR-4000 se desplazó por una compleja serie de pistas sobre trípodes, los cuales Berkenpas y Turchik ajustaban con una destreza sorprendente. Incluso practicaron en sus habitaciones del hotel mientras esperaban a que iniciara el escaneo.
?¡Traba, retrocede, y sube!?, gritaba Berkenpas, hacia la media noche, cuando iban apenas a mitad del trabajo. ?¿Es una canción nueva??, bromeó Turchik.
Fueron circunspectos con los resultados, explicando que debían enviar sus datos para que los analizaran expertos de Estados Unidos y Egipto. Yasser ElShayeb, profesor de mecánica de rocas en la Universidad de El Cairo, quien participó en el escaneo, notó algunas irregularidades que podían observarse a simple vista en el radar. ?Sabemos que hay algunas anomalías ?dijo en la conferencia de prensa de este viernes-, pero no es cien por ciento claro que haya algo allí?.
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El dramatismo de la investigación de la tumba ha sido acentuado por el clima político y económico de Egipto. Menos de dos semanas antes de la prueba más reciente, diez miembros del gabinete fueron relevados de sus cargos, incluido el ex ministro de Antigüedades, Eldamaty. Esos cambios fueron percibidos como un reflejo de las presiones económicas que abruman al gobierno de Egipto.
Eldamaty estuvo presente en la investigación del jueves, y parecía aliviado de no seguir al frente. Al preguntarle cuánto tiempo desempeñó el cargo de ministro, rió y dijo: ?Un año, nueve meses y seis días?. Señaló que, con el nuevo nombramiento, ya habían pasado cinco directores por el Ministerio de Antigüedades desde que estalló la revolución egipcia, en enero de 2011. ?Son momentos difíciles para ser ministro ?agregó-. Me alegra dejar el cargo, porque mi sucesor es uno de los mejores?.
En medio de toda esta actividad, el hombre que inspiró la investigación luce tenso y cansado. ?Soy como todo el mundo ?dijo Reeves, el viernes-. Estoy esperando más información?. Y agregó. ?Para mí, arqueológicamente, la evidencia sigue siendo convincente. Lo que tenemos que hacer ahora es complementarla con tecnología del siglo XXI?.
La investigación ?apoyada en parte por la Sociedad National Geographic- está siendo documentada para un especial que se estrenará mundialmente en la primavera, en el Canal National Geographic .