Un reporte recientemente publicado en Newsweek reveló el reciente interés de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por su sigla en inglés) por la historia natural. Mamuts, tigres de Tasmania y otras especies extintas figuran entre los animales que quieren ‘resucitar’, de la mano con la empresa de biotecnología Colossal Biosciences.
En una misión para avanzar en las economías de la biología y la curación, explica la empresa, se aliaron con la CIA para buscar respuestas en la evidencia genética que queda de estas especies. Éste es el plan.
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La extinción es un fenómeno natural y biológico. Se entiende como “la desaparición o exterminio de una especie”, explica Colossal. En general, se debe a desastres naturales, cambios climáticos y la misma evolución.
En los últimos 200 a 300 años, documenta la empresa, se aceleró el ritmo de extinción a una escala inimaginable. Mucho más que a lo largo de los 4 mil 500 millones de años de historia del Planeta Tierra. Colossal y la CIA buscan mitigar los estragos de la extinción moderna, dirigida por la presión ecológica ejercida por la actividad humana.
“Combinando la ciencia de la genética con el negocio del descubrimiento, nos esforzamos por reactivar el latido del corazón ancestral de la naturaleza. Ver el trueno del Mamut Lanudo sobre la tundra una vez más”, explica la empresa en su portal oficial.
Según la cobertura de Live Science, sin embargo, el interés de la CIA va más allá de las especies extintas. Por el contrario, a la agencia le interesa “la tecnología de ingeniería genética subyacente que Colossal pretende desarrollar”.
Para lograrlo, se están basando en el método de edición genética CRISPR: unas «tijeras» de ADN que usan para cortar, pegar y reemplazar secuencias de genes específicas. El método fue tan revolucionario, que les ganó un Nobel de Química en 2020.
Aunque la CIA y Colossal ya están trabajando en secuenciar nuevamente los genes de los mamuts lanudos y los tigres de Tasmania, hay críticos severos sobre este proyecto. Especialmente, porque el hábitat de los paquidermos prehistóricosya no existe.
Incluso aunque la nueva secuencia genética funcionara —porque no es una garantía—, este éxito no le enseña a los animales a vivir en un entorno que no les corresponde. Por ello, otros científicos aseguran que el dinero que se está invirtiendo en revivir a las especies extintas podría servir, más bien, para conservar a las que están en peligro actualmente. La CIA, sin embargo, sigue viendo cómo ‘resucitar’ mamuts extintos.
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