Desde la respiración de Darth Vader hasta los ocasos dobles de Tatooine. Presentamos una retrospectiva de los estudios reales inspirados en el universo de ?La Guerra de las Galaxias?
?La Guerra de las Galaxias: El despertar de la Fuerza? ?el episodio más reciente de la saga- está a punto de transportarnos a una galaxia muy, muy lejana. Y pocos están más emocionados que las hordas de científicos e ingenieros que han sido inspirados por esta franquicia cinematográfica.
?Montones de científicos dirán que estas películas [les] dieron la actitud mental para creer que es posible?, dice Elizabeth Holm, científica de materiales en la Universidad Carnegie Mellon. ?Me llevaron a pensar más allá del presente ?del ?ahora?- y hacia el futuro?.
Muchos otros científicos han vuelto la mirada hacia el universo mismo de las películas, analizando la saga en casi todas las disciplinas, desde física de plasmas hasta psicología y todos los campos intermedios. Y no es un trabajo surgido, meramente, de la afición.
?La Guerra de las Galaxias? se ha convertido en la herramienta de enseñanza más grandiosa de la galaxia.
?Puedes tomar algún aspecto de [una película] y encontrar algo de ciencia legítima, un giro? Un ¡ajá!?, dice Jim Kakalios, físico de la Universidad de Minnesota, quien ha defendido la comunicación científica a través de la cultura popular. ?Es una forma de hacer contacto?.
En preparación para el estreno de la nueva película, queremos repasar algunas de las formas más relevantes, novedosas e inesperadas como ?La Guerra de las Galaxias? se ha infiltrado en la literatura científica, sirviendo como fuente de enseñanza e inspiración, y como un medio para asesorar a los personajes de una galaxia lejana a través de los acontecimientos de hace mucho, mucho tiempo.
Cómo volar en pedazos la Estrella de la Muerte
La Estrella de la Muerte no solo ha fascinado a economistas y analistas políticos, quienes la consideraron un despilfarro de proporciones galácticas. La complejidad y fuerza destructiva del ?arma definitiva? del Imperio también ha ejercido su oscura fascinación en científicos e ingenieros.
?¿Qué preferirían los estudiantes: fórmulas o la pista sonora de la Marcha Imperial??, pregunta Guy Walker, profesor de ingeniería civil en la Universidad Heriot-Watt de Escocia.
Como un ejemplo para sus estudiantes, quienes analizaban defectos en grandes proyectos de ingeniería civil, Walker aplicó técnicas de mundo real a la Estrella de la Muerte y su notoria vulnerabilidad a los explosivos. Luego de obtener los planos de un manual técnico oficial, el profesor y sus colegas se dieron el equivalente a cuatro días ?el tiempo que tuvo la Alianza Rebelde para revisar los planos- para probar dos técnicas distintas de detección de fallas.
(Los midiclorianos son orgánulos sensibles a la Fuerza, parecidos a las mitocondrias. Un estudio de 2006 descubrió bacterias que parasitaban las mitocondrias de células animales y en honor de ?La Guerra de las Galaxias?, dio al nuevo género el nombre Midichloria).
La primera, similar a la utilizada en la película de la década de 1970, identificó los defectos de cada componente del sistema, hasta el último pozo del rayo del superláser. El otro método, más moderno, visualizaba la estación como una red ramificada más abstracta y definía las vulnerabilidades como núcleos con conexiones especiales o situados en lugares críticos.
Los dos análisis, que serán publicados en Theoretical Issues in Ergonomics Science, produjeron resultados mixtos. Las técnicas de los años setenta no solo fracasaron en encontrar el punto explosión de la película ?un puerto de ventilación térmica del tamaño de una rata womp-, sino que demoró diez días en completar la detección: demasiado para salvar la fortaleza rebelde de Yavin 4.
Sin embargo, el análisis más moderno identificó rápidamente el puerto de ventilación térmica junto con otras fallas, incluyendo el desprotegido sistema de gravedad artificial de la Estrella de la Muerte y la ausencia de defensas contra guerra biológica.
¿Cuál habría sido la mejor opción de los rebeldes, según el estudio? ?Podrían hacer que R2-D2 ingresara en la red imperial y cargara un virus de computadora?, dice Walker, ?pero entonces, habríamos terminado con ?El Día de la Independencia? y eso no compara, en absoluto, con ?La Guerra de las Galaxias??.
Atención de la salud en una galaxia muy, muy lejana
?La Guerra de las Galaxias? abunda en imágenes médicas, desde midiclorianos hasta lesiones de combate con sables de luz.
Mas los Skywalker reciben atención especial: Luke, por su brazo robótico, notablemente avanzado; y su padre, Anakin, quien presenta el padecimiento respiratorio más emblemático en la historia de la cinematografía.
(En julio 2015, DARPA otorgó 7 millones de dólares a DEKA para conferir capacidad táctil a su extremidad, la cual ha sido aprobada por la FDA).
Ronan Berg y Ronni Plovsing, médicos del Hospital Universitario Rigshospitalet, en Dinamarca, han utilizado el distintivo estertor del Lord Sith para que los estudiantes de medicina aprendan a diagnosticar enfermedades respiratorias porque, según parece, Vader las tiene todas.
En su estudio de revisión paritaria ?un análisis de escena por escena de los hábitos respiratorios de Vader-, los daneses atribuyen los problemas pulmonares del villano a que inhaló gas caliente y partículas volcánicas en Mustafar, donde pierde el duelo culminante con Obi-Wan Kenobi en ?La Venganza de los Sith?. Los candentes gases ocasionaron una inflamación crónica en sus pulmones, cuyos tejidos se engrosaron y endurecieron por la cicatrización.
Según Berg, los hallazgos sugieren que el traje es una cámara hiperbárica especial, usable y presurizada, diseñada para forzar aire en sus pulmones. Y aunque el traje también parece ayudar al problema de la piel quemada de Vader, no sería la solución de Berg. ?Mi primera opción de tratamiento sería un trasplante de pulmón?, dice, sobre todo porque la donación de órganos sería muy simple en el Imperio totalitario.
?No puede ser tan difícil conseguir un par de pulmones útiles para el segundo al mando?, agrega.
El interior de la cabeza de Darth Vader
En el universo de ?La Guerra de las Galaxias?, los males no son solo físicos. En años recientes, algunos psiquiatras han recurrido al elenco de la película para explicar mejor las características distintivas de algunas enfermedades mentales, tanto a los estudiantes de medicina como al público general.
?Cualquiera puede identificarse con estos personajes arquetípicos?, dice Ryan C.W. Hall, psiquiatra forense del Colegio de Medicina en la Universidad de Florida Central. ?Todos enfrentamos sufrimiento y adversidad. Desearíamos superarlos tan bien como los personajes; volver a levantarnos y sobreponernos?. (Lee: Celosas y enojonas en riesgo de Alzheimer)
La literatura psiquiátrica tiene una fascinación especial por Anakin Skywalker, el trágico Jedi caído que se convierte en Darth Vader.
En una carta de 2011, dirigida al editor de Psychiatry Research, un equipo francés encabezado por el psiquiatra Eric Bui afirmó que Anakin Skywalker manifestaba el trastorno límite de la personalidad, una enfermedad mental grave caracterizada por interacciones sociales difíciles, conducta impulsiva, y estado de ánimo inestable.
Lee: ¿Cómo se desarrolla mejor el cerebro de un bebé?
Si el diagnóstico se confirma ?aún es controvertido-, Skywalker no sería el único terrícola afectado. Según cálculos del Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, más de 3 millones de estadounidenses comparten ese diagnóstico.
Con todo, Bui señala que ?es muy difícil, quizás imposible, precisar el diagnóstico de un personaje de película. El objetivo de nuestro trabajo era ofrecer un ejemplo que fuera útil en la educación médica?.
?Como dijo Obi-Wan?, añade, ?solo un Lord Sith [negociaría] en absolutos?.
Las Amenazas Fantasmas de la mente
Vader no es el único villano bajo el microscopio. A principios de año, Hall y Susan Hatter Friedman, de la Universidad de Auckland, publicaron tres extensos artículos donde analizan una amplia gama de héroes, villanos y personajes secundarios de la saga.
Por ejemplo, Jabba el Hutt parece manifestar los síntomas de un psicópata clínico. El despreocupado Lando Calrissian podría tener una adicción al juego. Y el encantador, aunque triste Obi Wan Kenobi de la trilogía original, podría mostrar signos sutiles de la depresión común en los ancianos. (Lee: El que se enoja pierde)
(Un estudio psiquiátrico sobre Papaltine subrayó que la perversidad y la enfermedad mental no tienen correlación. De hecho, es más frecuente que las personas con enfermedad mental sean víctimas en vez de perpetradores de la violencia).
Sin embargo, Hall apunta que el valor pedagógico de la franquicia también proviene de quienes no tienen enfermedades diagnosticables. Junto con Friedman, halló que el emperador Palpatine ?el cruel e insensible Lord Sith que gobierna el Imperio Galáctico- estaba en su sano juicio y eligió, libremente, causar daño cósmico.
Hall insiste en que el ejemplo de Palpatine es importante, porque ?cuando vemos ocurrir cosas terribles, a veces se nos hace fácil decir que todos los problemas se deben a una enfermedad mental. No obstante, es más probable que las personas con enfermedades mentales sean víctimas en vez de perpetradores de la violencia?.
En un tema más amable, el equipo también dio a Jar Jar Binks ?el torpe personaje Gungan de las primeras películas- el diagnóstico provisional de trastorno por déficit de atención con hiperactividad. A todas luces, no es el tipo de tendencia manipuladora que sugiere la popular teoría ?Darth Jar Jar?, la cual propone que Binks usa la Fuerza, maliciosamente, como co-conspirador de Palpatine.
Hall considera improbable que Binks esté fingiendo y además, si fuera un Sith, como Palpatine y sus numerosos aprendices, ?violaría la Regla de Dos?.
Encontrar el Tatooine real
?La Guerra de las Galaxias? inicia con Luke atrapado en Tatooine, un planeta desértico y estéril, repleto de escoria y villanía. Pero aun ese desolado rincón ofrece bellezas inesperadas, como un maravillo y extraño ocaso doble.
Tatooine es una rareza conocida como planeta circumbinario, y los astrónomos están en busca de mundos reales que se le parezcan.
(En 2011, el Telescopio Espacial Kepler, de NASA, descubrió a Kepler-16b, el primer planeta conocido que orbita dos estrellas a la vez. Sin embargo, a diferencia de Tatooine, de ?La Guerra de las Galaxias?, Kepler-16b es un planeta frío y gaseoso).
Para los investigadores, los sistemas estelares binarios son fascinantes debido a sus ambientes gravitacionales turbulentos, situación que complica la formación de planetas a partir de partículas de polvo interestelar.
Sin embargo, esos sistemas son sorprendentemente comunes ?casi la mitad de las estrellas que vemos desde la Tierra, según el astrónomo Matthew Muterspaugh, de la Universidad Estatal de Tennessee-, de modo que cuantificar sus planetas es crucial para el cálculo de probabilidades de vida extraterrestre.
A mediados de la primera década de este siglo, Muterspaugh y Maciej Konacki, de la Academia de Ciencias de Polonia, emprendieron la mayor cacería de planetas circumbinarios en la historia, y con tremendo humorismo, Muterspaugh la llamó, ?The Attempt To Observe Outer-planets In Non-single-stellar Environments? (El intento de observar exoplanetas en ambientes de estrella no-única). TATOOINE, en breve.
Konacki describe el acrónimo como ?casi tan impresionante como el propio proyecto?, que escaneó los espectros de luz de las estrellas binarias para detectar oscilaciones reveladoras ocasionadas por un planeta en órbita.
(El bioquímico Qinghua Liu ayudó a descubrir dos proteínas, a las cuales denominó R2D2 y C3PO, como homenaje a la clásica pareja de androides que vemos aquí, en la superficie de Tatooine. Como sus homólogos cinematográficos, las proteínas son excelentes colaboradores, pues ayudan en el proceso del ARN de interferencia: un mecanismo de regulación que utiliza hebras de ARN para etiquetar plantillas que producen proteínas, a fin de destruirlas).
El nombre ?acuñado con gran ingenio- recibió la aprobación del mismísimo George Lucas. Muterspaugh incluso recibió un recorrido VIP del Rancho Skywalker, la bucólica sede de Lucasfilm. ?Fue asombroso?, dice.
Aunque los resultados iniciales de TATOOINE no han sido positivos, el Telescopio Espacial Kepler ya ha confirmado la existencia de los exoplanetas. Mientras tanto, Konacki sigue buscando planetas circumbinarios con Solaris, flamante red de telescopios en tierra que deriva su nombre de un clásico de ciencia ficción de la literatura polaca.
Los astrónomos sospechan que el universo tiene reservados mundos mucho más fantásticos que el árido planeta natal de los Skywalker; y albergan el sentimiento de asombro de los muchos científicos fanáticos de la saga, antes y después de ellos.
?El universo es más fascinante que ?La Guerra de las Galaxias??, dice Konacki. ?El universo tiene cosas más sorprendentes de las que pueden inventar los cineastas?.